En
mayo, muy cerca de cumplirse 85 años de la doble ofensiva republicana de julio
de 1937 que terminó llamándose batalla de Brunete, en los trigales de ese mismo
municipio, al borde de un camino entre taludes, por fin se localizó y abrió de
forma apropiada el primer lugar de enterramiento de combatientes de este enorme
campo de batalla. Esta fue también una de las primeras fosas (si no la primera)
de este tipo que se abren en toda la Comunidad de Madrid. El trabajo lo realizó
Arqueoantro, y detrás y junto a ellos, facilitando que esto pasara, estuvo la
implicación y el apoyo a la memoria democrática de tantas personas, que es más
apropiado decir que fue una parte de la sociedad. Desde el punto de vista de
nuestro colectivo, lo que se ha hecho en mayo en Brunete ha sido emocionante y
un acto de justicia. Ahora, lo que hay que conseguir, es que esto marque un
hito que cambie decididamente la percepción y la política de (des)memoria actualmente
vigentes en Madrid.
Antes
de que la primera espátula o azadón en manos de una arqueóloga, arqueólogo o antropólogo
de Arqueoantro tocara el talud, durante años, existió localmente un trabajo
silencioso y constante de muchos vecinos que terminó por dar resultados. Ese
esfuerzo consistió sobre todo en una observación permanente del terreno, en la
escucha y memorización de los testimonios de las personas más mayores y en el
estudio y la lectura de todo lo relacionado con la batalla de Brunete. Con todo
lo anterior en la cabeza, much@s hacían
cada salida campestre o paseo con su mascota cavilando y observando. En Brunete
y su comarca hay quien camina mirando al suelo en busca de manchas de óxido o
al relieve cercano adivinando ondulaciones extrañas o cualquier señal de
intervención humana distinta a la agricultura. Estos historiadores vocacionales
de la guerra civil y enamorados de sus municipios fueron los que han
descubierto e impulsado la excavación de la fosa de combatientes republicanos cuya
primera fase acaba de terminar.
Víctor
ya nos dijo hace bastantes años que de un talud parecían salir dos tibias, y en
2022 nos volvió a recordar que los conejos que tenían sus madrigueras en ese
mismo desnivel continuaban sacando pequeños fragmentos de hueso que podrían ser
humanos. La transmisión de estas noticias funcionó bien y de inmediato lo
supieron Javier y Jesús, de Arqueoantro. Para que se pudiera iniciar la
excavación, hizo falta el tiempo que la administración regional de Madrid
necesitó para tramitar los permisos requeridos y asumir, suponemos que
superando sus propias fobias y prejuicios, que hay una ley de memoria histórica
en vigencia y otra mejor en proyecto. El modesto presupuesto que cubría una
intervención de una semana de las y los trabajadores de Arqueoantro vino de la Federación
Española de Municipios y Provincias (FEMP) y fue completado con otra aportación
del municipio de Brunete.
Nadie
mejor que la gente de Arqueoantro para contar (ver los enlaces que aportamos)
cómo encararon y llevaron adelante el trabajo que permitió descubrir y exhumar
los cuerpos incompletos de unos 5 o 6 combatientes que pertenecieron al Ejército popular. Quienes los
estuvimos acompañando durante distintos periodos de los diez días de trabajo,
vimos una intervención metódica, respetuosa y muy eficiente por parte de un
personal con alta cualificación y vocación. Otra cosa que nos gustó mucho, es
que la zona de trabajo estuvo abierta a las miradas y a las preguntas de
quienes paseaban por el camino, así como a la participación de quienes
quisieron implicarse echando una mano. Aquí no solo se empezó a restaurar la identidad
y la dignidad de los combatientes yacientes y el derecho de sus familias a
encontrarlos, sino que todo se hizo con las puertas abiertas a la sociedad,
buscando al máximo ser vistos y que se descubrieran las razones y pormenores de
este trabajo. No se nos ocurre un mejor enfoque para empezar a compensar o
corregir 85 años de guerra, represión,
silencio y desmemoria.
Quizás
por estar en Madrid (sede de distintas administraciones y comunidad sin antecedentes
de actuaciones similares) y en Brunete (un nombre tan directamente asociado a
una gran batalla), la excavación recibió una importantísima atención por parte
de representantes políticos y medios de comunicación. Entre los primeros
estuvieron, en todos los casos con perceptible interés e implicación personal,
el Secretario de Estado de Memoria Democrática y su equipo de colaboradores, un
diputado y una diputada del PP de la Asamblea de Madrid, la Delegada del
Gobierno en Madrid y el alcalde y distintos concejales del Ayuntamiento de
Brunete. En cuanto a medios de comunicación, recordamos a El Salto Diario, RadioActivas en Radio 5 y La Cope (los dos primeros ya nos han hecho llegar sus trabajos
publicados; el tercero, no). También aportaron su trabajo al menos dos
directores o equipos documentalistas. Hubo presencia además, en el momento
inicial, de la autoridad judicial y en distintos momentos, de diferentes
miembros de las fuerzas de orden público en desempeño de sus funciones. Destacó
en este último apartado la participación de un equipo de desactivación de
explosivos de la Guardia Civil, que tuvo que hacer la voladura controlada de
una granada de mano que apareció en la excavación. Junto a todas estas personas
con representación y responsabilidades públicas, hubo también casi siempre un
grupo de voluntarios y visitantes que derrocharon interés y ganas de cooperar
de distintas formas, ya fuera moviendo carretillas, cribando arena, haciendo
fotos, grabando en video o trayendo agua fría para combatir el calor que se
apoderó de la zona a partir del tercer día. Por último, Brunete en la Memoria
estuvo invitado a participar por Arqueoantro para cooperar en la interpretación
de los restos que fueran apareciendo y para determinar y comunicar todo lo
referente al contexto histórico y militar.
Una
mención especial merece la presencia mediados los trabajos de una delegación de
un sindicato de electricistas noruegos. Con una clara conciencia antifascista e
internacionalista, no solo reivindicaron con su visita el valor y la
legitimidad del régimen republicano, sino que nos recordaron que en pleno siglo
XXI, durante la etapa de gobiernos de derecha recientes, fueron las
aportaciones voluntarias de sus afiliados las que permitieron seguir excavando
fosas comunes en España. Lástima que los sindicalistas noruegos no coincidieran
con alguno de los principales representantes políticos que también pasaron por
Brunete; hubiera estado bien oírles debatir acerca del papel fundamental e
intransferible que el Estado debe jugar en las exhumaciones y en la atención a
las familias de combatientes desaparecidos.
La
zona de talud cercana a Brunete por el oeste y a la carretera a Chapinería por
el norte que se excavó parcialmente, creemos que fue ocupada por los
republicanos en la mañana inicial de la ofensiva (el 6 de julio de 1937),
constituyendo durante toda la batalla una posición muy cercana a la primera
línea. Las cavidades que se volvieron a vaciar fueron hechas a pico, bayoneta y
pala sobre la marcha y sirvieron durante 20 días para proveer de un precario
resguardo a los combatientes frente al fuego aéreo y artillero franquista y
frente al sol, que también caía a plomo sobre un paisaje apenas ondulado y con
escasísimos relieves o accidentes protectores. Nos llamó la atención la poca
profundidad de estos abrigos, y pensamos que junto a estos, debieron existir
otros más hondos, verdaderas cuevas, que todavía no han sido descubiertos.
Siempre según nuestra interpretación, los ¿6? cuerpos incompletos y
anatómicamente desconectados que aparecieron en cuatro cavidades y en la
entrada a una trinchera pertenecen a combatientes de la 108 brigada mixta de la
35 división, mandada por Walter y formada por las brigadas XI internacional, 32
y 108. Esta división tenía su sector entre la 11 de Líster y la 46 del
Campesino, constituyendo las tres divisiones el V Cuerpo de ejército, con el mayor de Milicias Juan Modesto al
mando desde Santa Ana y Pico y Pala, en Valdemorillo.
Durante
los primeros 18 días de batalla (fueron 21), la existencia de los soldados en
esos resguardos excavados y su entorno pasó por fases de peligro extremo bajo
los bombardeos artilleros y aéreos y por otras de tranquilidad relativa, cuando
el combate a distancia y los intercambios de fuego artillero decaían. Noches
cortas y días largos y calurosos ocupados en fortificar, combatir, abastecerse
tanto como fuera posible, guardarse del fuego enemigo, encontrar y economizar
agua, evacuar bajas, completar la instrucción, recibir refuerzos y estar
continuamente pendientes tanto de los movimientos de las fuerzas franquistas enfrente
como de la situación de las fuerzas propias en los flancos. El 18 de julio la
35 división aguantó fuerte presión sin moverse de sus posiciones y el 23
todavía más. El 24 de julio, probablemente los mismos combatientes cuyos
cuerpos fueron recuperados vieron como las fuerzas franquistas asaltaban y
ocupaban Brunete en torno al mediodía, amenazando desde allí su flanco
izquierdo. En el sector de la 108 brigada la lucha fue encarnizada ese día y
sobre todo el 25, cuando a los atroces bombardeos aéreos y artilleros ya conocidos
se añadieron los duros asaltos de la infantería de la 13 división franquista
sobre el cementerio y su entorno.
El
mejor testimonio que conocemos sobre la resistencia republicana al oeste
inmediato de Brunete se lo tenemos que agradecer al hijo de uno de los
comandantes de batallón de la 108 brigada mixta, que con casi 90 años y desde
Francia, nos envió hace ya varios años una copia del diario de su padre. En un
panorama marcado hasta hace poco por el desinterés y descompromiso de las administraciones, la memoria
custodiada por este familiar nos permite imaginar cómo debieron ser las últimas
horas de esos soldados y mandos que murieron en su puesto de combate. Nadie
mejor que el propio comandante del 429 batallón de la 108 brigada mixta para
transmitirnos lo que allí se vivió (ver texto aquí). Por nuestra
parte, solo podemos añadir que el realismo y la dureza de ese relato se vieron
respaldados por un hallazgo arqueológico que probaría que la lucha en ese lugar
se sostuvo hasta la muerte. Se nos pusieron los pelos de punta cuando quedaron desenterrados
los huesos de una mano y un antebrazo izquierdos que estaban seccionados del
resto del brazo por una fractura traumática (se veían los fragmentos de hueso
partido) mientras que la mano apretaba todavía una bala entera, seguramente
destinada a recargar un fusil Mosin.
No
obstante todas las evidencias de una lucha cruenta, las explosiones que
afectaron a esos jóvenes combatientes y los daños visibles que provocaron en
sus cuerpos, parecen no ser el único motivo que explica la gran desconexión
anatómica que mostraban los esqueletos cuando fueron recuperados. Podría haber también
otras dos causas. Después de escuchar y grabar muchos testimonios acerca de cómo
se vivió y sobrevivió durante el periodo de posguerra, estamos convencidos que
los refugios excavados fueron revisados y removidos por metralleros (buscadores
de chatarra bélica, para ganar un jornal) durante los años 40. Armados con
azada, pala y pértiga para intentar dar esquinazo a la miseria, es muy probable
que personas de esa condición removieran
los huesos semienterrados desde el verano de 1937 y se llevaran parte
del equipo militar que les quedara, mientras que otra parte no fue descubierta,
saliendo a la luz ahora (casco Adrian, granada de mano, bayoneta, equipo
sanitario, munición, etc.). La otra causa que explica el desorden de los huesos
encontrados es la acción de los conejos, que al hacer durante décadas madrigueras cruzadas y superpuestas en el talud,
fueron removiendo los obstáculos con los que tropezaban. El trabajo de
laboratorio que actualmente está haciendo el equipo forense sobre los restos
humanos hallados seguramente nos dará mucha información sobre todas estas
circunstancias.
Especialmente
pendientes de esas conclusiones estarán decenas de familias con sus “abuelos” (de
los dos ejércitos enfrentados) desaparecidos en la batalla de Brunete. Varias
de ellas ya se han puesto en contacto con Arqueoantro o con nosotros
pidiéndonos instrucciones para hacerse una prueba de ADN. Esta demanda social,
85 años después de esas muertes violentas, habla por sí sola acerca del grado
de desentendimiento que la democracia ha tenido con las familias de víctimas de
la guerra civil y del franquismo, un menosprecio que en el caso de los deudos
de republicanas y republicanos, se suma a los 40 años previos de trato inhumano
por parte de la dictadura.
Hemos
contemplado en directo cómo hay que comportarse con los desaparecidos en
combate y cómo se puede ayudar a las familias a sentirse comprendidas y amparadas
por un Estado que tiene una gran deuda con ellas. Desde Brunete en la Memoria
animamos a crear conciencia social sobre la necesidad de atender a esta
situación con mayor esmero, recursos y grado de prioridad. Pedimos que todo lo
que los representantes políticos expresaron a pie de fosa, tenga un traslado a
las decisiones concretas y operativas en todos los escalones de la
administración, y que también en Madrid, se cumpla con todo lo dispuesto en la
ley de memoria histórica vigente. Además, pedimos a la mayoría parlamentaria
que gobierna o que permite hacerlo, que la nueva ley de memoria democrática que
parece atascada o en eterna fase de proyecto, sea aprobada y puesta en marcha durante
esta legislatura.
Para
terminar, queremos insistir sobre dos prioridades que no están siendo atendidas
con la intensidad que corresponde: es necesario que el Estado aborde un trabajo
integral y urgente dirigido a crear una base de datos documental única que
permita rastrear las identidades, las biografías de guerra y el destino último
de todos los combatientes y personal civil vinculado mencionados en miles de
documentos conservados en archivos y registros civiles. Por otra parte, hay que
crear un registro a nivel estatal con el ADN de las familias que han emprendido
búsquedas para permitir identificar al mayor número posible de combatientes y
víctimas de la represión que se están rescatando de fosas y cunetas. Esto es
especialmente necesario en el caso de los combatientes.
Esperamos
que pronto se pueda continuar con una nueva fase del trabajo iniciado en mayo
en Brunete.
Gracias
por vuestra atención. Un saludo cordial de Brunete en la Memoria.