Este artículo está escrito pensando fundamentalmente en las familias que se hayan propuesto buscar un combatiente muerto o desaparecido en los frentes de la guerra civil, pero también pretende resultar útil para quienes tuvieron en su entorno a un soldado que sobrevivió a la guerra y del cual ahora se quieren descubrir o ampliar datos sobre su trayectoria vital entre 1936 y 1939.
A 79 años del
inicio de la GCE, las experiencias de guerra que vivió cada combatiente se
suelen conocer en su entorno familiar por cartas, fotos o documentos oficiales,
pero en la mayoría de los casos, estamos comprobando que muchos hijos, nietos y
bisnietos solo cuentan con datos imprecisos sacados del relato del propio protagonista,
de un compañero de armas o de los parientes de más edad que lo conocieron
directamente. Por lo general los testimonios orales nunca fueron grabados o
contrastados cuando esto se pudo hacer, y hoy se van haciendo más difusos e
incompletos en la memoria de quienes quieren saber más cosas del “abuelo”
ausente. Estas personas no lo tienen fácil, entre otras cosas, porque desde el
final de la dictadura franquista no se ha hecho desde los poderes públicos
prácticamente ningún trabajo sistemático que facilite el conocimiento de las
biografías de guerra de los cientos de miles de combatientes que se vieron
involucrados en la GCE.
Frente a esta
desatención, e igual que ocurre en los casos de quienes sufrieron la represión,
el compromiso familiar con la memoria de un desaparecido en combate también
tiene razones afectivas y políticas, y el mismo derecho y urgencia por
resolverse, pero a diferencia de quienes fueron asesinados durante o después de
la guerra, los desaparecidos en el frente todavía no han llegado a recibir la
atención plena de las asociaciones de memoria histórica. Los desaparecidos en
combate (sobre todo si fueron del Ejército Popular) bajo nuestro criterio son el
grupo que hoy sigue más desatendido de cuantos tomaron parte en la GCE.
Con respecto al
papel de las instituciones, todos sabemos que tras la insuficiente Ley de
Memoria Histórica de 2007, la atención que el actual Gobierno presta a los
muchos miles de desaparecidos republicanos es tan pequeña, que lo que estamos
viviendo se puede calificar sin temor a equivocarnos de encubrimiento de los
crímenes franquistas y olvido premeditado de la historia. Ante este estado de
cosas, el mensaje primero y fundamental que queremos difundir, es que es
preciso seguir trabajando de forma voluntaria, pero también lo es mantener y
aumentar la exigencia sobre todos las administraciones del Estado hasta conseguir
que cada una en su espacio de responsabilidad inicie un trabajo serio orientado
a rastrear el paradero de quienes siguen desaparecidos, ya sea por causa de la
represión franquista o porque se perdieron en combate, sin importar a cuál de
los dos ejércitos pertenecieron.
En el caso de los
desaparecidos en combate, nuestra opinión es que el trabajo que se puede y se
debe hacer debería comenzar por realizar la digitalización y posterior estudio
individual y comparativo de una buena parte de los cientos de miles de
documentos guardados en los diferentes archivos militares y de otra procedencia
que existen en España y en otros países europeos. Entre estos documentos, ya
sean públicos o todavía secretos, custodiados por archivos históricos y
administrativos diversos, existen categorías enteras de papeles que se deberían
revisar de manera prioritaria porque contienen datos personales de individuos y
extensas listas con nombres de combatientes, que trabajados sistemáticamente,
permitirían confeccionar bases de datos con miles de nombres que de inmediato
se podrían poner a disposición de las familias implicadas en búsquedas. Esto se
puede hacer cumpliendo estrictamente las garantías del derecho a la intimidad
que contemplen las leyes vigentes y sin necesidad de grandes medios económicos.
Es ante todo una cuestión de voluntad política y de cualidades morales, pero a
pesar de ser relativamente sencillo, con excepciones tan honrosas como escasas,
este trabajo permanece sin acometerse. Existen, todavía en 2015, desinterés,
descompromiso y sobre todo, la inercia del desprecio a la memoria de los
republicanos, una situación heredada del franquismo que fue revalidada y
prolongada durante la Transición y que lamentablemente llega a nuestros días.
No se ha hecho justicia a los defensores del régimen republicano legítimo y
democrático solo otorgándoles pensiones u otro tipo de compensaciones
económicas. Hoy sigue pendiente el reconocimiento político a su lucha y la
adopción de una posición clara del
actual Estado frente al franquismo que solo puede ser de repudio, pero esto,
con gobiernos como los que hemos tenido, y especialmente con el actual, sabemos
que resulta imposible.
Los combatientes
desaparecidos del ejército franquista, tanto si asumieron conscientemente los
fines políticos del golpe de estado como si lucharon del lado de los sublevados
tras ser reclutados a la fuerza, tienen
el mismo derecho a ser buscados e identificados por petición de sus familias
que los republicanos. Esto no alteraría en nada
el propósito antes expuesto de condenar social e institucionalmente el
golpe del 18 de julio de 1936 y el régimen de él derivado, del que además
muchos de sus soldados pensamos que también fueron víctimas, no teniendo
objetivamente nada que ganar con el triunfo “nacional”, y sí mucho que perder
como ciudadanos y trabajadores en un país que entre 1931 y 1936 se hallaba en
la transición hacia la democracia efectiva en todos los aspectos, incluido el
económico.
Actualmente las
asociaciones de memoria histórica están dedicadas fundamentalmente a la
gigantesca tarea de localización y dignificación de los muertos causados por la
represión franquista. Si entendemos que hacen este trabajo prácticamente solas,
sin apoyo institucional, nos explicaremos
porqué quedan aún menos energía y medios para las búsquedas centradas en
combatientes, un tipo de protagonista o víctima de la guerra menos politizada y
más difícil de rastrear que los represaliados de la dictadura, ya que a las
dificultades antes expuestas deben sumarse otras específicas tales como la
movilidad de los ejércitos y la naturaleza caótica del combate.
Cuando se trata de
temas militares, cualquiera que haya pasado unas cuantas jornadas investigando
dentro de un archivo histórico de la GCE sabe cuantas pistas y preguntas nuevas
surgen con cada carpeta que se abre. Siguiendo un tema concreto, nosotros
mismos nos hemos encontrado a veces con documentos que permitirían iniciar
nuevas vías de investigación tan interesantes o más que la que nos ocupa desde
hace años, la batalla de Brunete, pero debemos resistir la tentación. Investigando
en Salamanca, Ávila o Madrid, resulta apabullante la riqueza documental guardada
en los archivos históricos, unos centros de acceso libre pero quizás poco conocidos
y visitados. Muchos de los documentos que pasan por nuestras manos relacionan
nombres personales con acciones bélicas concretas, y las informaciones que
contienen pueden darnos a conocer por
ejemplo la pertenencia de un soldado a una determinada unidad, pero también
sus combates, desplazamientos, dieta,
disciplina, mandos, armamento, moral, filiación política, etc.
Quienes trabajamos
organizados como Brunete en la Memoria empezamos hace cerca de ocho años a
intentar ayudar a las familias que se ponen en contacto con nosotros. En este
momento tenemos cerca de 80 búsquedas abiertas y 5 resueltas. Con la
experiencia adquirida y aprovechando los cientos de copias de documentos que
hemos acumulado, ya nos atrevemos a proponer unas pautas que puedan servir para
iniciar con alguna probabilidad de éxito la búsqueda del lugar de enterramiento
o el rastreo de la trayectoria de cualquier soldado que combatiera en esta
batalla o en esta zona de los frentes del Centro. Bajo nuestro criterio, con
ciertos conocimientos específicos, el mismo procedimiento y recursos también
pueden aplicarse al resto de frentes. La misma técnica de búsqueda que usamos
para caso de la batalla de Brunete puede servir para las demás zonas geográficas
y épocas de la GCE.
Un soldado o un
mando de cualquier unidad, combatiente o no, puede ser baja de muy diversas
formas: puede resultar muerto en zona propia y cerca de sus compañeros de
armas, en zona enemiga, en tierra de nadie, puede ser baja también por heridas
de guerra o por accidente, por enfermedad física o mental, por pasarse de
bando, por caer prisionero, por ocultarse o desertar, etc. De todas estas
distintas situaciones, algunas encuentran más frecuentemente reflejo en los
documentos generados por las unidades y estamentos militares. Por norma se
conservan más completos los archivos que provienen de unidades del ejército franquista;
es lógico que esto sea así, ya que el ejército que gana la guerra no tiene
necesidad de destruir documentación, ni llevarla consigo al exilio, ni de
ocultarla al conocimiento del vencedor. Los papeles generados por las diversas
unidades del ejército sublevado y de los diferentes escalones de su Mando,
incluido el superior, fueron según parece, reunidos y conservados de manera
ordenada. Hay que señalar no obstante, y esto afecta también al tema de los
nombres, que sobre toda esa documentación propia parece haber existido un
filtro, selección o censura que evitó que (si las hubo), llegaran hasta
nosotros menciones explícitamente críticas a la actuación de unidades o mandos,
o documentos en general desfavorables para los intereses del régimen
franquista.
Por el contrario, en
la documentación generada por el ejército popular la crítica y la opinión
personal poco o nada censurada son ingredientes habituales en muchos
documentos. En docenas de informes que hemos leído, junto a comentarios
positivos, se pueden leer también críticas a fuerzas de la propia unidad o de
otras vecinas por su actuación en el combate, relatos de las penurias
materiales, incluso si son debidas a una mala organización de los servicios
propios, etc. Todo esto es perfectamente coherente con una joven fuerza armada
en periodo de consolidación, lo que ocurre al tiempo que sostiene una guerra
sin cuartel en condiciones de dureza extrema. Lamentablemente, en contraste con
su mayor calidad, la documentación republicana presenta grandes zonas en
blanco, ya que no está conservada íntegramente, y esto reduce las posibilidades
de encontrar listas que contengan nombres de combatientes.
En síntesis, la idea general que se saca
del estudio de los documentos militares (de los relacionados con la batalla de
Brunete al menos), es que en el ámbito del ejército franquista la información
que ofrece su documentación es abundante y detallada, pero también es bastante
previsible, ya que está escrita de manera muy reglamentaria y no contiene
críticas a los escalones jerárquicos superiores ni a las capacidades combativas
de la tropa. Abundan las descripciones sospechosamente favorables de la
conducta militar propia y el menosprecio (en grado variable) de la del enemigo.
Estudiando sistemáticamente la documentación militar franquista llama la
atención que nunca aparezcan episodios de cobardía, ineficacia, mal comando,
etc, hechos que son comunes en cualquier guerra y ejército, pero que no
interesó a los vencedores que fueran conocidos. Del lado republicano, tenemos
una documentación mucho más incompleta, pero también más interesante y menos reglamentaria,
y por tanto, menos aburrida. Sabemos que no fue filtrada para intentar mejorar
la imagen del EPR, y aunque muchas veces duela lo que se está leyendo, la
sensación de que merece credibilidad es por lo general mayor que en el caso de
los documentos franquistas. Es común que entre los papeles del EPR se
encuentren versiones divergentes sobre un mismo hecho, mientras que tal cosa es
excepcional entre la documentación “nacional”.
Entrando en la
materia concreta de las búsquedas, después de haber tratado de describir a
grandes rasgos el panorama que puede
encontrar el investigador, podemos decir que como punto de partida resultará
casi imprescindible conocer algunos de los siguientes datos acerca del combatiente
a rastrear:
-
Nombre completo, fecha y lugar de
nacimiento.
-
Lugar de España donde estaba el 18
de julio de 1936 y/o en fechas posteriores.
-
Ejército y unidad o unidades en la
que combatió. Este dato puede recordarlo la familia o se puede llegar a saber
por documentos o cartas, ya sean personales u oficiales, por el sello de un
carné, carta, informe médico, etc. En determinados casos se puede llegar a
deducir la unidad en la que estuvo un combatiente a partir de un dato
geográfico, de una fecha o estación del año, del testimonio aportado por la
familia de un compañero de armas, del simple conocimiento nombre de un mando,
etc.
-
Si había cumplido el servicio
militar antes de la guerra.
-
Militancia política o sindical
conocida.
-
Fotos, o cualquier otro dato
personal, individual o colectivo, directo o indirecto. Todo puede servir, al
menos para acotar campos de búsqueda.
Un combatiente determinado puede aparecer nombrado individualmente con
su nombre y apellidos en un documento militar por diversos motivos: ser
destinado a una unidad, ser traslado de una a otra, por ingresar, ser
trasladado o dado de alta de un hospital, por recibir un ascenso, por serle
aplicada alguna medida disciplinaria, por estar ausente en una revista de
fuerzas, por ser baja en combate, por pasarse o ser tomado prisionero por el
enemigo (generalmente registra el nombre la fuerza receptora del pasado o el
prisionero, y no la que lo pierde), por ser condecorado o actuar de forma
destacada en combate, por recibir una misión especialmente peligrosa o
importante, etc. Generalmente las unidades franquistas, al terminar la batalla
de Brunete, tuvieron la costumbre de hacer las listas completas de las bajas
que tuvieron en las operaciones. Esas listas de bajas engloban muchas veces a
todas las categorías de combatientes, mientras que en otras ocasiones solo
aparecen identificados jefes, oficiales y suboficiales. En el caso de los
Regulares, combatientes de origen norteafricano, no siempre se anotaron sus nombres, sino que es frecuente que
figuren solo los números por los que eran identificados. Hasta ahora, del lado
republicano, no hemos encontrado listas específicas con los nombres de sus
bajas de la batalla de Brunete, aunque sí de otras.
Cuando respecto a
un combatiente concreto sabemos o intuimos que fue baja por acción de guerra,
lo primero en que deberíamos pensar es que pudo resultar herido, leve o de
gravedad variable, ya que las muertes instantáneas por explosión de un
proyectil o por arma de fuego suponen un porcentaje relativamente bajo del
total de las bajas ocurridas en un combate. Existe también la posibilidad de
que ese soldado pudiera haber sido hecho prisionero. En el caso de muerte en el
campo de batalla, pudo pasar que su cuerpo fuera recuperado por sus compañeros
de armas, que lo hiciera el enemigo, o que hubiera permanecido en la tierra de
nadie sin poder ser recogido. Cuando el cuerpo de un combatiente lo encuentra
su propio ejército, hay que suponer que el celo por identificarlo y acreditar
su baja será mayor que si lo hace el ejército contrario. También es casi seguro
que, de quedar un combatiente caído en manos de sus camaradas de armas, se
procedió a un enterramiento respetuoso y
en un lugar identificable posteriormente. En este caso, su identidad, si las
circunstancias lo permitieron, intentó ser averiguada y comunicada al Mando de
la unidad, el cual a su vez lo comunicaría al escalón superior del Ejército, y
el Ministerio de la Guerra a la familia, en caso de estar esta localizable. Si
el soldado resultó herido y fue hecho prisionero, en principio tuvo que ser
evacuado a un hospital, procediéndose con él en tanto no estuviese curado,
igual que con un combatiente del ejército propio, lo que debería dar lugar al
menos a una anotación de su identidad en un registro hospitalario. Frente a
esto, que es el comportamiento acorde con las leyes de guerra, existieron casos
en que soldados heridos fueron abandonados a su suerte o rematados en el campo
de batalla; esta práctica criminal, que también sufrieron en ocasiones los
prisioneros ilesos, nunca deja pruebas documentales hechas por el Mando
responsable del asesinato.
Cuando un soldado
herido era recogido en el campo de batalla, ya fuera por los sanitarios de su
propio ejército o por los del enemigo, normalmente se lo trasladaba en camilla
y sin pérdida de tiempo fuera de la línea de fuego para poder permitir una
primera cura y su evacuación. Eficacia, velocidad y una correcta práctica
médica eran fundamentales en esos momentos dramáticos para la vida del herido,
por lo que los ejércitos siempre debían tener previstos de antemano una
sucesión de puestos o escalones sanitarios pensados para garantizar al máximo
nivel posible la supervivencia del herido y ahorrarle sufrimientos. Una vez
recibida la primera cura y triage (evaluación) de su estado, el herido empezaba
a viajar hacia la retaguardia tan rápidamente como permitían la situación de
los combates, las vías existentes y la disponibilidad de medios de transporte.
Atendido en el puesto de socorro del batallón, debía pasar a una ambulancia o a
un camión, con un grado de prioridad condicionado por la gravedad y tipo de sus
heridas y por la disponibilidad de medios de evacuación. Sus siguientes paradas
serían bien otros puestos de clasificación de unidades superiores (sucesivamente
brigada, división y cuerpo de ejército) situadas a lo largo de la ruta que
terminaba en un hospital de sangre, o bien directamente el propio hospital de
sangre (para heridos de guerra), donde recibiría la atención quirúrgica o
especializada necesaria. Ya estabilizado e intervenido, podía ser dado de alta
directamente o ser trasladado a otro hospital de convalecencia para recuperarse
física o sicológicamente, recibir prótesis, hacer rehabilitación, etc.
Toda la actividad
militar siempre cuida mucho los aspectos burocráticos y estadísticos. Durante
la preparación de las operaciones que desembocaron en la batalla de Brunete, el
Mando republicano, al organizar los servicios sanitarios del Ejército de
Maniobra y del cuerpo de ejército de Vallecas puso un gran énfasis en que se
llevara en todo momento un estricto control
del número e identidad de todos los
heridos y fallecidos que se preveía recibir. Sin embargo, los documentos que
hemos podido consultar demuestran que, al menos en los puestos de clasificación
adelantados la realidad existente en muchos momentos impedía cumplir con esa
tarea, por lo que no siempre se pudieron hacer las identificaciones y estadísticas
exigidas por el Mando con la eficacia deseada. Del lado del ejército
franquista, la situación pudo ser parecida durante las primeras jornadas de
combates, ya que la ofensiva republicana les alcanzó de lleno y por sorpresa,
pero con el paso de los días la infraestructura de su sanidad militar se
expandiría y podría trabajar en mejores condiciones que la republicana, por
disponerse de líneas exteriores al campo de batalla para las evacuaciones y de
una paulatina superioridad aérea, lo que minimizaba el riesgo de ataques a vías
de comunicación y zonas de actividad y
concentración de hombres y materiales, incluidos los sanitarios.
Descritas
brevemente la teoría y la realidad vivida en torno a las evacuaciones y
tratamiento de las bajas, sabemos que cuanto más a retaguardia (más lejos del
frente) llegara un soldado evacuado, más posibilidades existieron que tal
situación quedara recogida en un documento. Además de en las listas de
prisioneros que cada ejército tomara a lo largo de las operaciones, centraremos
las búsquedas en los libros o fichas de alta y baja de los hospitales, en los
partes escritos desde puestos de clasificación de heridos, en las órdenes de
traslado de heridos a casas de reposo y centros de recuperación situados lejos
del frente, y en general, en cualquier tipo de documento de la sanidad militar
relativo a estadística y movimiento de pacientes. Otra fuente fundamental a la
hora de conocer el destino de un herido van a ser los registros civiles de
aquellos pueblos en los que existió un puesto de clasificación de heridos, un
hospital, o que simplemente se encontraban a lo largo de las carreteras que
unían centros sanitarios situados en la zona de operaciones militares. Igual
que ocurre actualmente, cualquier fallecimiento ocurrido en un municipio debía
quedar recogido en el libro de defunciones de su juzgado de paz o registro
civil correspondiente, por lo que las muertes causadas por heridas de guerra
durante las evacuaciones se deben buscar en los libros de defunciones con los
que cuentan todos los municipios del país. Del mismo modo, si se han
conservado, también habrá que consultar los documentos correspondientes a esa
época que se descubran en los archivos municipales, así como los libros
parroquiales (o registros de cementerios) de los municipios que tuvieron
centros de la sanidad militar. Lo habitual en esos casos es que fueran
habilitadas zonas especiales en los cementerios para enterrar a los
combatientes que fallecían en tránsito al hospital o dentro del mismo, lo que
como se puede imaginar, era algo frecuente. Por último, muchos enterramientos
colectivos de combatientes, tanto identificados como no identificados, fueron
levantados en torno al año 1959 para ser trasladados al Valle de los Caídos por
voluntad de Franco. La documentación conservada en este lugar identifica a una buena parte de los
cuerpos que se trasladaron y su correspondiente procedencia geográfica. El número
total de cuerpos que se cree que puede albergar el Valle de los Caídos se
acercaría a los 40.000, pertenecientes a los dos ejércitos.
En síntesis, para
tener alguna probabilidad de avanzar en una búsqueda de un combatiente proponemos armarse de mucha paciencia e
intentar seguir estos pasos:
-
Tratar de reunir el máximo número
de datos sobre la identidad del soldado buscado. Ayudará mucho conocer la
unidad o unidades por las que pasó, así como los frentes, hospitales, cursos,
ascensos o cualquier otra circunstancia de su participación en la guerra, por
irrelevante que parezca.
-
Tras reunir en el ámbito familiar
todos los datos posibles, tocará sumergirse en los archivos militares que
custodian toda la documentación que se conserva de la guerra civil, previamente
a lo cual, conviene aceptar que será mucho más probable encontrar información
que haga referencia a la unidad donde estuvo la persona buscada que a la propia
persona concreta. En primer lugar se debería buscar en los archivos militares
de Ávila (AGMAV) o Madrid (IHCM). De estos dos, el primero tiene fondos
originales y completos, mientras que el segundo guarda copia de cerca del 75 %
de esos mismos fondos. Si la búsqueda es de un combatiente del ejército
republicano, hay que consultar inexcusablemente el archivo de Salamanca (CDMH).
En todos los casos, hay que tener siempre en cuenta la jerarquía de las
unidades militares: sección, compañía, batallón, regimiento, brigada o brigada
mixta, división, cuerpo de ejército y ejército. Conociendo la relación de
pertenencia de cualquiera de estas unidades con respecto a las otras, ya sean
mayores o menores, el seguimiento documental se puede desarrollar de manera
lógica, y si hay suerte, incluso sencilla.
-
Si se sabe o se piensa que el
combatiente buscado pudo haber caído prisionero, lo que pudo desembocar en
juicio y presidio, se deberían consultar los archivos de la Dirección General
de Instituciones Penitenciarias, del Tribunal de Cuentas (ahora en Salamanca),
y de los Tribunales Militares Territoriales, estos, repartidos por todo el
país.
-
Además de lo dicho en los
apartados primero y segundo, también habrá que centrar la atención en los
registros civiles y archivos municipales y parroquiales de los pueblos y
ciudades de la zona de operaciones (considerada esta con amplitud), poniendo un
énfasis especial en los lugares que tuvieran uno o más hospitales o puestos de
clasificación de heridos. Para hacer bien este tipo de investigación, será
necesario conocer las líneas de evacuación previstas y la infraestructura
sanitaria sobre el terreno de ambos ejércitos, pero preferentemente de aquel
del que formaba parte el combatiente buscado. Las búsquedas centradas en el
ámbito hospitalario deben tener en cuenta que la política común a todos los
ejércitos de descongestionar la sanidad de la zona de guerra, por lo que, en
cuanto resultaba posible, a los heridos y enfermos se los trasladaba a la
retaguardia profunda de la zona propia, con lo que se dejaba una cama libre
cerca del frente. Esto obligará a rastrear en lugares alejados y en fechas
bastante posteriores (incluso varios meses) respecto a los datos geográficos y
temporales que marquen el punto inicial de nuestra búsqueda.
-
Buscar en el archivo provincial o
regional de cada zona concernida cualquier tipo de documentación hospitalaria o
relativa a los centros de reclutamiento de época. A modo de ejemplo, el Archivo
Regional de Madrid conserva cerca de 30.000 fichas de ingreso de heridos de
guerra en el entonces Hospital Provincial.
-
Se pueden consultar el Archivo
General Militar de Guadalajara y el Archivo General Militar de Segovia. El
primero de ellos guarda los historiales de tropa recogidos durante el servicio
militar. El segundo tiene los historiales de oficiales. No podemos aclarar con
precisión el periodo de tiempo al que pertenecen los documentos guardados en
ambos archivos, pero posiblemente abarquen desde antes de la guerra civil.
-
Entrar en contacto con el Valle de
los Caídos para averiguar si en sus libros de ingreso está registrada la
persona buscada. Una información menos importante, pero válida también, es la relativa a la procedencia de
cada una de las cajas que fueron trasladadas allí, principalmente en torno a
1959. En cada municipio desde donde se exhumaron y salieron esos restos se debió guardar documentación sobre este hecho.
-
Por último, recomendamos no
hacerse grandes expectativas de éxito, pero sobre todo, no abandonar la
búsqueda a pesar de las frustraciones que seguramente se acumularán a lo largo
de la investigación. La terquedad en el empeño y la lealtad al recuerdo del
familiar que hizo la guerra serán cualidades imprescindibles para mantener un
esfuerzo prolongado. También se necesitará imaginación y apertura mental para
descubrir nuevas fuentes orales, escritas, fotográficas o de cualquier otro
tipo. Hay que anotar todo lo que llame la atención y trabajar colectivamente si
es posible. También resultará de gran ayuda entrar en contacto con asociaciones
de memoria histórica o estudiosos de cada lugar y momento de la guerra. Si
compartimos información, cada avance parcial dará un poco más de luz a quienes
están en una situación similar.
Para terminar, no
debería olvidarse que la situación que vivimos actualmente es totalmente
anómala, ya que el Estado no está ejerciendo su deber de asistir en las
búsquedas de los desaparecidos de todo tipo que dejó tras de sí la guerra y la
represión franquista. Solucionar este déficit de justicia y de respeto a las
organizaciones y los ciudadanos será una tarea que tarde o temprano
realizaremos como sociedad desde unos poderes públicos verdaderamente
democráticos. No permitir que la actual situación de impunidad y olvido se
prolongue es también es una forma de homenaje a cada desaparecido que
deberíamos tener en cuenta por ejemplo al votar.
Mientras entre
todos hacemos llegar estos cambios tan necesarios a nuestra sociedad, nosotros
nos ofrecemos para ayudar desinteresadamente en cualquier búsqueda relacionada
con la batalla de Brunete o con esta zona del frente de Madrid en cualquier
momento de la guerra.
Brunete en la
Memoria, septiembre de 2015.
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OS felicito y agradezco este post. Este trabajo es poco conocido y algunos lo comenzamos por necesidad y se ha convertido en un apasionante viaje. Gracias.
ResponderEliminarOS felicito y agradezco este post. Este trabajo es poco conocido y algunos lo comenzamos por necesidad y se ha convertido en un apasionante viaje. Gracias.
ResponderEliminarEstoy buscando a Antonio García gamo de 21 años nacido en Guadalajara ayudante de metalúrgica fue voluntario de los cuarteles de Atocha desaparecido de guerra en la batalla de Brunete cuando cayó herido en brazos y piernas en el transcurso de su evacuación en ambulancia hacia Madrid le bombardearon la Legión Cóndor la ambulancia desapareciendo el otros comparos el conductor médico y la enfermera es mi tío abuelo hermano de mi abuelo
ResponderEliminarEstuvo en 11 que se me olvidaba
EliminarBusco a mi tio abuelo Alonso Ruiz Caro
ResponderEliminarHola, busco sobre los desaparecidos en la evacuación que se produjo por el Coll d'Ares, subiendo desde Ripoll, Camprodón, Molló, hacia Francia, en los primeros días de Febrero de 1939.
ResponderEliminarSi alguien pudiera informarme sobre registros, datos, etc. para consultar y saber si un tío mío de 18 años, de Barcelona, del cuerpo de Guardias de Asalto, herido en una pierna, Rafael Iturralde pudo acabar llegando a Francia o fue bombardeado por el camino... Gracias
Mira en memorial democratic
EliminarBusco información sobre mi abuelo Manuel Alba Jiménez que estuvo preso en Melilla N°3.
ResponderEliminarTambién a su hermano Francisco, y varios hermanos más, por favor necesito información.
Busco a Julio Abascal Diego herido fallecido en el Hospital Miitar de Aacañiz por heridas de guerra el 3 de agosto de 1938
ResponderEliminarBuscamos a Anacleto Román Sànchez, natural de Puebla de don Fadrique (Granada), lugar donde residía el 18 de Julio de 1936.
ResponderEliminarDesaparecido durante la contienda luchando por el bando republicano.
Lo sentimos. Por ahora, no hemos encontrado Anacleto Román Sànchez en nuestra base de datos. Pero seguiremos buscando. Un cordial saludo,
ResponderEliminarSven y Ernesto
Hola, busco a mi tío abuelo Antonio de Cos Aldecoa comisario político del batallón 119 y después pasaría al
ResponderEliminar131 se le pierde la pista en la batalla del Mazucu.
Muchísimas gracias por compartir y infundirnos ánimos a los que recién comenzamos a tirar del hilo de esa madeja
ResponderEliminarBuenas tardes,
ResponderEliminarBusco a mi abuelo, Juan José Alijarcio Sánchez, muerto en combate en Brunete. ¿Sería posible saber dónde fueron enterrados los republicanos caídos? He consultado el listado de PARES y no he encontrado ningún resultado, ni tampoco en un listado del Valle de los Caídos. Muchas gracias.
Estoy buscando a Primitivo Nuevo Nuevo, nacido en Tendilla que desapareció en la batalla de Brunete. No tengo más datos, pero mientras el estaba en esta zona tuvo un hijo que no conoció. soy la mujer de su nieto y queremos saber algo de lo que pasó con él.
ResponderEliminarMi abuelo falleció en esa batalla, su nombre era Damián Román Camacho, natural de Villamartín (Cádiz). Recibí notificación del Archivo Militar de Ávila y no tenían constancia ni datos algunos. Si tuviesen algún dato, les ruego me lo comunique. Gracias por anticipado.
ResponderEliminarMi abuelo falleció en esa batalla, su nombre era Damián Román Camacho, natural de Villamartín (Cádiz). Recibí notificación del Archivo Militar de Ávila y no tenían constancia ni datos algunos. Si tuviesen algún dato, les ruego me lo comunique. Gracias por anticipado.
ResponderEliminarMi tío Antonio García Alonso fue herido y evacuado en la Batalla de Brunete siendo legionario y son las ultimas noticias tiene de el. Era natural de Villafranca de los Barros (Badajoz), apodado el Lázaro.
ResponderEliminarHola busco a mi tio Emilio Negro Arribas, que por lo que nos Conto mi padre murio en agostar del 38 en Burriana o cerca, mis abuelos fueron a bus are su cadaver pero no lo encontrar on. Era sargento.
ResponderEliminarHola, higinio bargon Morato
ResponderEliminarEn pares aparece como fusilado, pero no tenemos ningún dato mas, desapareció el día de la toma de badajoz, tenia 27,años, natural de alburquerque (badajoz) residía en talavera la real
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo busco a mí tio abuelo Rafael Corto Pulgarin,aunque en el archivo de la memoria histórica aparece un documento de su ingreso en las milicias confederadas como Rafael Corto Burgani y Rafael Costo Burgani. Por mi abuelo sé que murió en el frente, posiblemente en la batalla de Brunete. Era natural de Alanís(Sevilla)
ResponderEliminarBuenas tardes.
ResponderEliminarComienzo una tarea que me parece difícil, pues se trata de buscar dónde se encuentran los restos de pilotos soviéticos muertos en la GCE. Mi ámbito de búsqueda son los escenarios de la batalla de Brunete. Me gustaría tener una orientación de por dónde empezar y qué pasos seguir para evitar, en lo posible, dar muchos palos de ciego.
Valoro enormemente y os agradezco vuestra iniciativa.
Un saludo.
Eduardo.
Desde mi publicación el pasado 28 de junio, he podido ampliar la información sobre mi abuelo, a ver si con más datos se puede facilitar la búsqueda. Se llamaba Juan José Alijarcio Sánchez, aunque en el certificado recibido notificando su fallecimiento han escrito "Lijarcio". Nacido en Linares (Jaén), era sargento del 2º Batallón de la 108ª Brigada Mixta y murió en el sector de Brunete. Firman este certificado Manuel Gilabert Garrido, Capitán del Estado Mayor, y el Jefe Mayor de Infantería, José Ramos Chiva.
ResponderEliminarIntentamos saber dónde fueron depositados sus restos, si en algún cementerio de la zona, o en qué lugar.
Muchas gracias.
Quisiera encontrar a mi tio antonio serrano buitrago de los villares de jaen desaparecido en la batalla de brunete y estuvo.con mi padre antonio alcantara palacion herido en dicha batalla.
ResponderEliminarBusco a Juan Gómez menassalvas
ResponderEliminarBusco a Juan Gómez menassalvas
ResponderEliminarBusco a PEDRO SÁNCHEZ GONZÁLEZ de Quismondo, Toledo. Era Guardia de Asalto republicano. Estuvo en Barcelona como guardia de la puerta del Hotel Ritz o Palace, según recordaba mi abuela.
ResponderEliminarLuego se alistó voluntariamente para luchar en la batalla del Ebro a cambio de un ascenso, o algo así nos contaba la abuela.
En la batalla fue herido y recogido por sanitarios, lo vio alguien del pueblo, iba con vida, pero ya nunca más se supo de él si murió, huyó junto a los republicanos fuera del país, nada de nada.
Agradecería cualquier información
Gracias
Busco a PEDRO SÁNCHEZ GONZÁLEZ de Quismondo, Toledo. Era Guardia de Asalto republicano. Estuvo en Barcelona como guardia de la puerta del Hotel Ritz o Palace, según recordaba mi abuela.
ResponderEliminarLuego se alistó voluntariamente para luchar en la batalla del Ebro a cambio de un ascenso, o algo así nos contaba la abuela.
En la batalla fue herido y recogido por sanitarios, lo vio alguien del pueblo, iba con vida, pero ya nunca más se supo de él si murió, huyó junto a los republicanos fuera del país, nada de nada.
Agradecería cualquier información
Gracias
Memorial democratic. Esta el memorial de las camposines. Mi abuelo también lo hirieron en el Ebro y lo trasladaron a varios sitios uno fue el Molar dnd lo operaron.luego seguidamente fue a varias poblaciones más
EliminarBuenas tardes
ResponderEliminarMi tío,José Montoya Salinas de Nijar (Almería) perteneció a la 24 brigada mixta y luchó en el frente del Jarama,allí, en una trinchera perdió la vida,tenía 23 años causando un infinito dolor a su familia.Nos gustaría saber dónde lo enterraron y recuperar sus restos para dejarlos junto a sus padres.
Buenas tardes
ResponderEliminarMi tío,José Montoya Salinas de Nijar (Almería) perteneció a la 24 brigada mixta y luchó en el frente del Jarama,allí, en una trinchera perdió la vida,tenía 23 años causando un infinito dolor a su familia.Nos gustaría saber dónde lo enterraron y recuperar sus restos para dejarlos junto a sus padres.
Busco a mi abuelo caido en el frente de Extremadura en el verano de 1938. Era soldado republicano. Se llamaba Rafael Esparcia Martínez y nació en Isso (Albacete).
ResponderEliminarHola necesito su ayuda por favor necesito encontrar datos de mi bisabuelo lo poco que sabemos sobre el es que era mutilado de guerra en España y vino exiliado para cuba pero no sabemos en qué año su nombre era Santiago Fernández. Espero que alguien me pueda ayudar con esto muchas gracias mi correo es arasayof@nauta.cu
ResponderEliminarHola, busco a mi abuelo,era soldado republicano y murio el 6 de Enero de 1939 en el frente de Extremadura en la Sierra Trapera,se llamaba Teofilo Gómez Sanchez de Moratalla (Murcia)
ResponderEliminarBusco a mi tío AGUSTÍN LACRUZ OTIN nacido en un pueblo de Huesca, reclutado por los republicanos en Barbastro (Huesca) , desapareció en Alcaracejos provincia de Córdoba, estaba herido, nunca más se supo de el... Se lo debo a la memoria de mi abuela
ResponderEliminarBusco a Antonio Rivas Roman, caído en la batalla de Brunete, el día 13 enero del año 1939 y también a Jesús Álvaro Utrilla, le sacaron de su casa en la calle 12 de octubre de Madrid los falangistas y le fusilaron en la tapia del cementerio de la Almudena, ambos son respectivamente padre de mi madre y tío de mi madre, a Jesús según mi madre tenía relación con Rafael Alberti, por lo visto era un intelectual.
ResponderEliminarAgradecería cualquier información.
Alfredo Serrano Rivas.
Hola, yo busco a mi abuelo. Juan Antonio González Martinez, de Murcia. Murió el 13 de enero de 1939. En Brunete. Era camillero en el bando republicano.
EliminarOlvidé comentar que Antonio Rivas Romar era nacido en Torre de Juan Abad
ResponderEliminarCiudad Real.
En primer lugar, muchas felicitaciones para los que habéis organizado este foro.
ResponderEliminarMe llamo Trinitario Cascales Garcia, y llevo muchos años buscando información sobre mi abuelo el carabinero FRANCISCO CASCALES GARCÍA. Creo haber resuelto la mayor parte de su historia, pero he llegado a un punto muerto. Sé que salió con una columna de 90 Carabineros y 50 milicianos de Cartagena (Murcia) el 14 de agosto de 1936 hacia Alcalá la Real, provincia de Jaén. El día 18 de agosto de ese mismo año, en un enfrentamiento en la pedanía de Tocón, perteneciente al pueblo de de Illora (Granada) tuvo que morir, y fué enterrado en una de las varias fosas que hay en dicha pedanía. Me gustaría que me indicarais dónde buscar la composición de esa columna, o tener más información de los miembros de Carabineros. Lo más que he conseguido ha sido su expediente personal del Archivo Histórico de la Guardia Civil, aunque su última anotación pone que "desapareció" en un enfrentamiento con el enemigo. Agradecería que cualquier persona cuyo abuelo hubiera servido en la 7ª Comandancia de Murcia de Carabineros durante los años 30-36 y tuviera información se pusiera en contacto conmigo. Muchas gracias de nuevo a todos. Mi email es gacatri@yahoo.es.
Busco a mi abuelo Juan Tobal Ruiz, desaparecido en la guerra civil.
ResponderEliminarNunca mas supimos de el.
Agradecería cualquier información.
Gracias
Agradecer en primer lugar a los organizadores de este foro. Me llamo Montse Teixidó y estoy buscando a mi abuelo José Teixidó Vallés que fue reclutado por el ejercito republicano en julio de 1938 y dado como desaparecido el 2 de Octubre. Tengo 20 cartas y en ellas nos informa entre otras que perteneció a la 43 división, 286 batallón,72 brigada mixta. Muchas gracias por vuestra atención. Mi correo es mteixi70@gmail.com
ResponderEliminarBusco a mi tío abuelo Pedro García Ruiz falleció en la Batalla de Brunete el 21 de Julio del 37 fue herido y trasladado al hospital de campaña batallón 3, tercera compañía brigada móvil de choque.
ResponderEliminarBuenas tardes;
ResponderEliminarBusco a mi abuelo Juan José Navas Morales, nació en Pegalajar provincia de Jaén. Desapareció en la guerra civil, nos dijeron que murió por el norte de España.
Agradecería información.
Gracias.
Hola buenas tardes busco a mi chache frasquito castarnado machado
ResponderEliminarSi pudierais ayudarme os lo agradecería bastante, muchas gracias
Busco a mi abuelo Eugenio Martín Ronco
ResponderEliminarOjalá pudiera encontrar a mi abuelo. Juan Fernández Muñoz, desaparecido en la batalla de Brunete. Luchó en el bando republicano. Mi madre vive con la pena de no haber conocido prácticamente,a su padre.
ResponderEliminarBusco informacion, fotos, sobre mi tio: Jorge Olmeda Marin, murió en teruel, fue comandate de brigada del ejército popular. 28-12-1937
ResponderEliminarMuchas gracias
Busco información acerca de dos familiares míos: Abacuc García y Adrián Correa Navarro. Uno de ellos estuvo en prisión varios años tras la guerra y el otro fue fusilado pero a la hora de buscar información ninguno de los dos parece siquiera existir.
ResponderEliminarMuchas gracias
Mi abuelo se llama a Antonio Mimendiz y murió en el frente en la batalla de brúñete y no sabemos en q fosa común esta. No sé a donde diriguof para preguntar . Gracias
ResponderEliminarSaludos Charo.
Busco a concepcion Navarro santos de puente genil (cordoba) es mi bisabuela estuvo en el hospital de san lázaro detrás de la plaza de toros de la capital de granada y la fusilaron quería saber si alguien me puede ayudar a recopilar información gracias un saludo
ResponderEliminarBusco a mí tío abuelo Cipriano Monterde Paricio, nació en Tornos alrededor de 1918, era pastor, se lo llevó el bando nacional como combatiente con 20 años, lo destinaron a belchite, desapareció a los 15 días de reclutarle, su madre tuvo paga x hijo desaparecido
ResponderEliminarMe gustaría tener información de mi tío abuelo Manuel Fernández Atienza nacido en Aljucen en el 1904 y desapareció en la guerra civil del 36, nunca supimos que fue de él.
ResponderEliminarHola, busco a mi abuelo Gerardo CORNET MIROSA nacido el 05/01/1919 en Barcelona, vivia en Sabadell.
ResponderEliminarParece que pertenecia al quinto regimiento, 33 brigada, 129 batallon.
Puede ser, con mucha precaucion, que ha sido fusilado por ser trotskista y con tanta precaucion seria en un sitio llamaado Casavieja en la siera de Gredos.
Gracias
Busco a mi tio Jesus Lopez Santander.Desaparecido, soldado republicano de la Quinta del Biberon, reemplazo de 1941.La ultima noticia que tenemos de el,
ResponderEliminares que de Barcelona los desplazaron hasta el pueblo de Guimera (Lleida).Era natural de Valladolid, y residia en Barcelona.
Hola, busco a mi tío abuelo Juan Bautista Durá Leal. Encontré un documento en la cdmh que acabo de recibir de la "pagaduría Secundaria del ejercito de tierra" pero me gustaría saber más. Era natural de Castalla (alicante) y nació el 16 de abril de 1915. Era soltero, jornalero de profesión, no tenía filiación política, pero sí sindica, estando afiliado a la CNT. Se enroló en la unidad militar 111 Brigada Mixta en 1936. Y consta como desaparecido en Brunete el 13 de julio de 1937. Ya no hay más datos. Me consta que mi bisabuela intentó saber más después de la guerra, e intentó contactar con un compañero que tuvo en esta brigada, natural de Abanilla (Murcia) con poco éxito, ya que este compañero no sabía nada de él, ni de en qué cisrcunstancias murió. No existe ningún documento familiar, en la familia de mi padre se convirtió en un tema tabú del que a penas se hablaba dejando como único legado que mi padre se llame Juan en su honor. Me pareció una historia triste (como tantas otras, lamentablemente) ya que nunca tuvo descendencia, y me vi en la obligación moral de buscar más sobre él. La verdad es que no esperaba encontrar nada, y ya me parece un mundo tener este documento, pero llegados a este punto me gustaría saber si se puede saber algo más. Muchas gracias de antemano.
ResponderEliminarHola estoy buscando a dos tíos abuelos hermanos de mi abuela, se los llevaron obligados a la guerra y nunca se supo más de ellos. Ellos eran de la zona de baza (Granada) López Martínez José y Antonio.
ResponderEliminarBusco a mi abuelo creo que murio por lleida , o en la batalla del Ebro......Liborio Moreno Arrogante natural de Mesegar de tajo Toledo....
ResponderEliminarBuenas tardes.
ResponderEliminarMi nombre es Manuel Garcia. En el centro Documental de la Memoria Histórica aparece el nombre de mi abuelo (al pinchar indica que está en fondo Delegación Nacional de Servicios Documentales en serie fichero general de la sección política-social) Busco información sobre mi abuelo Francisco León Gómez que luchó en la Guerra Civil española en el bando nacional, le pilló el levantamiento militar realizando el servicio militar en las Islas Canarias. Se que luchó durante dos años y que recibió tres balas en la Batalla del Ebro.
Cuando era pequeño yo le escribía cartas a un amigo que también realizó el servicio militar en Las Canarias y que también luchó en la guerra. Ellos hablaban de la Isla de la Gomera, no se si allí es donde estaban destinados. Tampoco se la fecha, el lugar donde recibió tres balas ni el hospital donde estuvo ingresado antes de volver a casa, si recibió alguna ayuda por mutilados de guerra, ni tampoco su trayectoria durante la guerra, en que batallas participo y en qué frentes luchó.
Me gustaría me remitieseis toda la documentación que haya sobre él:
- Destino del servicio militar en Las Canarias.
- Participación en la guerra civil (en que batallas, que frentes, que columnas o regimientos)
- Lugar, fecha donde fue herido (sé que fue en la Batalla del Ebro pero desconozco fecha, lugar exacto) en qué hospital estuvo ingresado para recuperarse de las heridas. Si recibió algún tipo de ayuda que se destinaron a las víctimas de la guerra.
- También me haría mucha ilusión si hubiese imágenes suyas o de las batallas donde participó.
Estamos trabajando en mi pueblo en una revista de divulgación histórica y cultural y me haría mucha ilusión poder disponer de esta información para poder participar y escribir un artículo sobre él porque en otras publicaciones locales no aparece nada sobre su participación en la contienda. Al mismo tiempo me haría mucha ilusión por la carga sentimental que conllevaría conocer más sobre lo que vivió y sufrió, ya que era analfabeto y de pequeño yo era el que le escribía cartas con las anécdotas a su amigo de la mili, a pesar de ello nunca me habló de la guerra, si me enseñó sus cicatrices de la contienda.
Si necesitarais alguna información más que os pueda ofrecer solicitadmela por aquí por favor. Muchísimas por vuestra atención y trabajo. Muchísimas gracias.
Buenas tardes.
ResponderEliminarMi nombre es Manuel Garcia. En el centro Documental de la Memoria Histórica aparece el nombre de mi abuelo (al pinchar indica que está en fondo Delegación Nacional de Servicios Documentales en serie fichero general de la sección política-social) Busco información sobre mi abuelo Francisco León Gómez que luchó en la Guerra Civil española en el bando nacional, le pilló el levantamiento militar realizando el servicio militar en las Islas Canarias. Se que luchó durante dos años y que recibió tres balas en la Batalla del Ebro.
Cuando era pequeño yo le escribía cartas a un amigo que también realizó el servicio militar en Las Canarias y que también luchó en la guerra. Ellos hablaban de la Isla de la Gomera, no se si allí es donde estaban destinados. Tampoco se la fecha, el lugar donde recibió tres balas ni el hospital donde estuvo ingresado antes de volver a casa, si recibió alguna ayuda por mutilados de guerra, ni tampoco su trayectoria durante la guerra, en que batallas participo y en qué frentes luchó.
Me gustaría me remitieseis toda la documentación que haya sobre él:
- Destino del servicio militar en Las Canarias.
- Participación en la guerra civil (en que batallas, que frentes, que columnas o regimientos)
- Lugar, fecha donde fue herido (sé que fue en la Batalla del Ebro pero desconozco fecha, lugar exacto) en qué hospital estuvo ingresado para recuperarse de las heridas. Si recibió algún tipo de ayuda que se destinaron a las víctimas de la guerra.
- También me haría mucha ilusión si hubiese imágenes suyas o de las batallas donde participó.
Estamos trabajando en mi pueblo en una revista de divulgación histórica y cultural y me haría mucha ilusión poder disponer de esta información para poder participar y escribir un artículo sobre él porque en otras publicaciones locales no aparece nada sobre su participación en la contienda. Al mismo tiempo me haría mucha ilusión por la carga sentimental que conllevaría conocer más sobre lo que vivió y sufrió, ya que era analfabeto y de pequeño yo era el que le escribía cartas con las anécdotas a su amigo de la mili, a pesar de ello nunca me habló de la guerra, si me enseñó sus cicatrices de la contienda.
Si necesitarais alguna información más que os pueda ofrecer solicitadmela por aquí por favor. Muchísimas por vuestra atención y trabajo. Muchísimas gracias.
Estoy buscando información sobre el regimiento de cazadores Farnesio 10 de África que se incorporo a la división 150 que lucho en Brunete.
ResponderEliminarArchivos del Regimiento Farnesio 10.
Archivo de la División 150
Estoy siguiendo la desaparición un tío que tengo localizado hasta Brunete.
Veo muchas preguntas pero ninguna contestación a las mismas. No hay seriedad o es un timo?
ResponderEliminarNo podéis jugar con los sentimientos de las personas.
Busco un vecino que estuvo en la Batalla de Manzanares y Jarama, bando republicano y fue herido.
ResponderEliminarNo sé si esta página es la adecuada, existe tanto timo.
Busco a mi tío, Diego Fernández Carmona, la última vez que se le vio con vida fue en la Batalla de Brunete. Nunca le comunicaron a mis abuelos su
ResponderEliminarfallecimiento.
Busco información de mi tío Jesus Antonio Martínez Torrealday que falleció en Aragón
ResponderEliminarFormaba parte de un tercio de requetes
Estoy buscando a Juan Gómez menasalvas natural de Puertollano estuvo haciendo el campamento en caceres
ResponderEliminarHola busco a mi abuelo Francisco lamela garcia batallon argel número 27segun nos dicen murio en el frente de teruel nacio en ardales malaga en 1913 y murio el 27 de marzo de 1938 segun el diploma de reconocimiento por sua servicios gracias
ResponderEliminarBusco a:Eugenio Casado Fernández, abuelo materno de mi pareja.Vivía con su esposa,"Carmen Fernández Agapito"y con sus cinco hijos,en el barrio de "San Francisco" de (Bilbao). Desapareció en el año 36,justo al iniciarse la guerra civil española cuando trabajaba como ferroviario. Intentamos recabar cuantos datos sean posibles incluyendo la importancia de la fecha completa de nacimiento y que hasta el momento desconocemos. Seguro nació entre el 1.890/99 y barajamos fue en Bilbao o,en Salamanca.Desconozco cual fue la compañía de ferrocarril en Bilbao en la época por lo que pido por favor, a quien tenga conocimiento de ello me dijera cual fue la compañía. Mil gracias y salud!
ResponderEliminarMe gustaría tener algún dato sobre mi tío MANUEL LÁZARO RODRÍGUEZ, nacido creo el 6 agosto 1919 (?) Q se fue con la milicia q salió de los salesianos de Atocha con 17 años, al frente y solo tenemos idea q cayó en el frente del alto de Extremadura, lo q es hoy metro Laguna, en noviembre del mismo año 36
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