martes, 20 de diciembre de 2016

Proyecto de creación del “Espacio de memoria de la batalla de Brunete”, en Quijorna.


Estamos preparados para poner en marcha una iniciativa que consideramos muy interesante y que lleva mucho tiempo esperando. Si cuenta con vuestra ayuda, además será mucho mejor, porque así responderá a un verdadero impulso colectivo, que es lo que se merece por la importancia y la magnitud de la historia que tiene detrás. Os pedimos que dediqueis unos minutos de vuestro tiempo para valorar esta propueta y decidir si quereis tener algo que ver en ella. Gracias de antemano.
¡Salud!


Han pasado más de 10 años desde que Brunete en la Memoria empezó a funcionar. Naturalmente al inicio no teníamos los conocimientos ni los recursos que de disponemos ahora, pero las ganas y los objetivos sí eran los mismos: investigar, divulgar, y frente a la inercia dejada por 40 años de dictadura y otros tantos de amnesia programada, ganar un espacio para lo que conocemos como memoria histórica y democrática en el ámbito de la batalla de Brunete y la historia militar de los frentes de la zona central durante la Guerra Civil Española.
A lo largo de estos años hemos hecho muchas cosas, pero el trabajo que consideramos fundamental todavía está pendiente. Cuando solo faltan unos meses para que se cumpla el 80 aniversario de la batalla de Brunete, parecería que lo único que nos puede seguir recordando que esta existió son un puñado de fortines pegados a las carreteras y dos o tres viejos monumentos y placas franquistas que se resisten a desaparecer.


En esta zona de Madrid se han hecho algunos trabajos de investigación rigurosos sobre temas parciales vinculados a esta ofensiva de julio de 1937, pero todavía sigue pendiente la creación de algo similar a un museo o un centro de interpretación que trate todos sus aspectos de una forma integrada y rigurosa. Sin duda falta un lugar que sirva de referencia para satisfacer el hambre de conocimientos de vecinos y visitantes y active la defensa, la promoción y el disfrute del patrimonio bélico que todavía aguanta sobre este viejo campo de batalla.

El proyecto.

A fin de paliar esta incomprensible carencia, llevamos tiempo intentando poner en marcha un museo y centro documental de la batalla de Brunete y creemos que esta vez por fin ha llegado el día D. Por eso, pedimos el apoyo de quienes compartan estos puntos de vista para dejar atrás la planificación y pasar a la acción.
El plan concreto, que much@s ya conocéis porque tiene años de gestación a sus espaldas (habéis conocido también sus altibajos y variantes), busca poner a disposición del público dentro de un mismo espacio físico los siguientes recursos, con la pretensión de que permanezcan en el tiempo:

-        Colección permanente: Exposición de piezas recuperadas del campo de batalla u obtenidas a partir de donaciones.

-        Mapas y fotografías: Mostrará la cartografía de distintas fechas y procedencias vinculada con acciones militares y todas las fotos históricas, aéreas o tomadas a ras de suelo que hemos conseguido reunir accediendo a fuentes muy diversas.

-        Biblioteca de documentos: Permitirá la consulta y lectura de cientos de documentos obtenidos tras años de investigación en varios archivos históricos civiles y militares.

-        Apoyo a la búsqueda y rastreo de combatientes: Servicio ofrecido a las familias que estén intentando encontrar datos de un combatiente, desaparecido o no, que hubiera participado en esta batalla o en otro frente de la zona Centro, en cualquiera de los dos ejércitos.

-        Rutas guiadas: La parte principal del trabajo de descubrimiento de los espacios del antiguo campo de batalla ya está hecho. Esto nos ha permitido crear una serie de rutas que ahora ponemos a disposición de los grupos que quieran pisar el terreno, el cual además atesora otras formas de patrimonio histórico y natural que vale la pena descubrir.

-        Apoyo al estudio y la investigación: Facilitar el acceso a los conocimientos y lugares vinculados con la batalla a las personas e instituciones que investiguen o generen producciones culturales de todo tipo: documentales, artículos, fotografías, libros y otras.

-        Acoger exposiciones temporales: Abrir un espacio para la difusión de los trabajos o las colecciones de otros investigadores y creadores.

Está preparado todo el material que da sentido a este proyecto y que permitirá ponerlo en marcha, pero carecemos de un local adecuado y del mobiliario necesario para convertirlo en una realidad. En este punto es donde pedimos la colaboración de quienes quieran contribuir a la creación del “Espacio de memoria de la batalla de Brunete”; tod@s entendereís que no tenemos los medios para hacerlo sin ayuda.

La idea es alquilar un local en el municipio de Quijorna, montar todo lo descrito anteriormente, abrir las puertas y probar la viabilidad del proyecto durante un año, que dependerá básicamente de la aceptación del público. Después de este tiempo seguramente ya sabremos si es posible o no plantearnos su continuidad, en el mismo o en otro sitio. La intención es empezar durante los primeros meses de 2017 y no tener que cerrar cuando llegue 2018.

Campaña de donaciones para el primer año.

Para garantizar un año de existencia para el centro que proponemos, calculamos que serán necesarios 15.000 euros, una cantidad que no es pequeña, pero sí ajustada a un plan bien estudiado. Pretendemos reunir este dinero gota a gota en los próximos dos meses, y para eso nos dirigimos fundamentalmente a quienes os sintáis amigos de esta idea. Os solicitamos una contribución de 15 euros, que permitirá garantizar el alquiler y el pago de los gastos de luz, agua, impuestos, muebles expositores, iluminación, cartelería y los mínimos trabajos de adecuación del local que fuera imprescindible hacer. Si aparecen los 1.000 donantes necesarios o apoyan personas y grupos con mayor capacidad de aportación, esto tendrá el combustible necesario para tirar adelante.  

Gestión durante el primer año

Brunete en la Memoria es nuestra cara visible a través del blog, Facebook y las actividades que hacemos, pero no es una asociación legalizada, sino un colectivo de hecho desde el que trabajamos permanentemente dos personas (Sven Tuytens y Ernesto Viñas) con la colaboración eventual de muchas otras. Los resultados de este trabajo están visibles en nuestros medios de difusión desde hace años. La idea y la inspiración del “Espacio de memoria” es de todo nuestro grupo, pero la persona física y jurídica que asume toda la responsabilidad ante vosotros y ante las instituciones por este proyecto y sus derivadas es Ernesto Viñas. Él responde por esta petición de ayuda y por su correcto empleo, porque será él quien tenga en sus manos la administración de los fondos que lleguen a reunirse.

Si no alcanzamos la cantidad necesaria no podrá haber museo. En ese caso, emplearemos lo recaudado en una alternativa más modesta: pasar a papel el fondo fotográfico digital que tenemos, seguir investigando en los archivos y  mejorar la presentación de la colección en el mismo sitio en que está ahora.

Si el proyecto sale adelante, Ernesto Viñas será quien esté en primer lugar al frente del local y como guía, retribuyéndose su trabajo a partir de la apertura con lo recaudado por entradas, tienda, excursiones y otras actividades. En el caso de que por estas vías los ingresos llegaran a superar el equivalente a un salario suficiente normal, mientras se funcione con vuestra ayuda, el restante a ese concepto quedará disponible para desarrollar el “Espacio”. Por supuesto, os damos la total seguridad de que nadie de Brunete en la Memoria se llevará en concepto de retribución personal ni un euro de lo recaudado como donación, y como garantía de funcionamiento ético, informaremos a los compañeros de la AABI y desde nuestro Facebook del uso que hacemos de lo recaudado con vuestras aportaciones. 

Creemos que los años que hemos estado trabajando desinteresadamente y la calidad de nuestras producciones nos habilitan para pediros esta señal de confianza en nosotros y en nuestra iniciativa. Si esto sale adelante como esperamos, el “Espacio de memoria de la batalla de Brunete” será un éxito colectivo que tendrá un marcado carácter cultural, social y reivindicativo que intentará satisfacer una necesidad de conocimiento histórico y reconocimiento a los combatientes que los poderes públicos han desatendido claramente hasta ahora.

Esperamos vuestra respuesta, y cualquiera que sea, nuevamente os damos las gracias por la atención que nos habeís prestado. Vuestra colaboración en este momento tiene un caracter decisivo, por lo que si no podeis aportarla mediante la cantidad sugerida, también sirve contárselo a los amigos y ayudarnos a dar la máxima difusión posible a esta iniciativa.
Como atención a vuestro compromiso, quienes acrediten que han colaborado con el museo, cuando este deje de ser un proyecto y se convierta en una realidad, tendrán dos entradas gratuitas o dos invitaciones para una excursión que podrán usar en el momento que quieran. Ojalá que pronto podamos encontrarnos personalmente en el “Espacio” de Quijorna o caminando por las rutas de la batalla de Brunete.

   
Ernesto Viñas.

659007790    evcos37@yahoo.es    blogs: Brunete en la memoria, Primer Ejército de Maniobra, Hospitales de sangre republicanos en la Guerra Civil Española


Datos bancarios para realizar el ingreso:

Ernesto Viñas Costantino.    ES87 2100 2022 3702 0027 8310  CAIXESBBXXX  La Caixa


jueves, 1 de septiembre de 2016

Gerda Taro. Parte 3. Brunete, Quijorna, Villanueva de la Cañada y sus carreteras.


Continuando con  el análisis de los negativos fotográficos que aparecieron en la Maleta Mexicana, en este tercer artículo dedicado a Gerda Taro llegaremos hasta Brunete y Villanueva de la Cañada y volvemos a Quijorna, pasando por las mismas carreteras secundarias que, entonces como hoy, unen estos tres pueblos.


Brunete.


 Brunete en 1929 (foto: CECAF)


Existen tres fotos de Gerda que sin ninguna duda muestran el pueblo de Brunete. 


Actual calle Madrid.

La posición que ocupa la inconfundible torre de la iglesia primitiva entre el conjunto de casas nos permite situar en ese momento a la fotógrafa al N de Brunete y a la izquierda (O) de la carretera que se dirige a Villanueva de la Cañada, lo que significa que ella habría hecho estas tres fotos desde la zona intermedia entre el pueblo y el cementerio. En las dos primeras podríamos estar viendo en primer plano la actual calle Madrid, cerca de la plaza del Altozano. 


¿Ted Allan? En la calle Madrid.
Pieza republicana apuntando hacia Sevilla la Nueva.


En la tercera foto, la del cañón, que parece de 75 mm, Gerda estaría algo más adelante por esa misma calle, quizás muy cerca del cementerio. En ese caso, la pieza estaría disparando hacia la zona de Sevilla la Nueva, donde entonces ya estaba fijado el frente. Si las dos primeras fotos muestran escenas que parecen perfectamente reales, la de esta tercera podría no serlo tanto. La impresión que causa esta foto no es la de una situación de combate, sino que el cañón podría estar siendo llevado a su posición de fuego y los artilleros, al ver acercarse a una mujer fotógrafa simplemente hicieron la coreografía correspondiente, ya fuera por simpatía o por necesidades de la propaganda. La pieza está demasiado expuesta y visible como para que ese parezca su asentamiento en batería.   


Posibles puntos desde donde Gerda Taro hizo las fotos anteriores.

Si damos por buena la teoría de la simulación del fuego y observamos lo intactas que se encuentran todavía las casas y la iglesia de Brunete, podemos concluir que estas fotos fueron tomadas muy poco tiempo después de la brillante ocupación de Brunete por las brigadas mixtas de Lister (1, 9 y 100, las tres encuadradas en la 11 división). Esto encaja bien con el hecho de que la foto del cañón fue publicada en el diario francés Ce Soir el día 16 de julio, lo que es coherente con que pudiera haber sido tomada justo al iniciarse la ofensiva, quizás el propio día 6. Entonces, los republicanos llevaban solo unas horas en el pueblo recién ganado y disfrutaban de una apreciable tranquilidad en él gracias a la ausencia en la zona de medios de combate y tropas enemigas en condiciones de contraatacar. Estas tres fotos por tanto corresponderían al primer viaje de Gerda Taro al campo de batalla.  Sabemos que el día 14 de julio ella estaba recién llegada en París, donde hacía una breve visita en la que perfectamente pudo poner sus primeras fotos de la ofensiva en marcha a disposición de la prensa.
Según el texto que acompaña el catálogo de la Maleta Mexicana, el “soldado” que aparece fumando en una de las fotos sería el periodista canadiense Ted Allan, el mismo que acompañaba a Gerda el día 25 de julio, cuando esta sufrió el accidente que acabaría con su vida.


Las carreteras.  

Durante las al menos dos visitas al campo de batalla de Brunete que protagonizó Gerda, las carreteras que usaba y sus entornos fueron para ella lugares de constante atención. Existen varias secuencias de fotos de este tipo, lo que nos ayuda mucho a situarnos sobre el terreno y a descubrir sus itinerarios.


Julio de 1937 - Agosto de 2016

Estas fotos  parecen corresponder a una fase más avanzada de la batalla que las anteriores. Muestran una actividad de la aviación y la artillera franquistas altas, y por otro lado, ya permiten ver obras de fortificación republicanas de cierta complejidad, lo que no solo requiere tiempo para ejecutarlas, sino también tener asumida por parte del Mando una actitud defensiva, lo que ocurrió solo después del día 12 de julio, cuando se aceptó en el Ejército de Maniobra la evidencia de que tanto el impulso ofensivo como las tropas ya estaban agotados tras seis días de lucha. Por estas razones las siguientes fotos encajan mejor con la segunda fase de visitas de Gerda Taro al campo de batalla que con la primera, serían por tanto posteriores al día 15.








De estas cinco fotos que acabamos de ver, dos nos muestran el cerro Cabeza Aguda siendo bombardeado (posiblemente con bombas incendiarias) por alguna de las tres aviaciones franquistas: alemana, italiana o española. Para tomar esas dos fotos del entorno del arroyo San Juan, Gerda Taro tuvo que situarse junto a la carretera que va de Valdemorillo a Villanueva de la Cañada (la que hoy llamamos antigua y solo admite tráfico en el sentido de subida). 
El lugar desde el que Gerda disparó su cámara parece ser el mismo que hoy ocupan las casas de la urbanización “Isla Blanca”. Considerando el sentido de subida, ella debió situarse a unos diez metros a la izquierda de la carretera. Si nos fijamos atentamente, veremos los postes bajos de su primitivo quitamiedos.




Punto donde Gerda Taro tomó la foto de Cabeza Aguda.  

Las últimas tres fotos de la secuencia de cinco corresponderían a distintos puntos del entorno de Villanueva de la Cañada, tanto al N como al S del pueblo, es decir, bajando desde Valdemorillo o a medio camino en dirección a Brunete. Precisamente la foto del puesto fortificado podría corresponder a la zona de llegada a Brunete, donde tanto la 35 como la 11 división tenían sus correspondientes puestos de mando.


Quijorna.

Al volver a fijarnos en Quijorna (ya lo hicimos en el primer artículo sobre Gerda), encontramos fotos que corresponden a tres situaciones bien distintas: un posado de El Campesino, comandante de la 46 división (brigadas mixtas 10 y 101), una posible recreación de la captura de un grupo de prisioneros rifeños, y un auténtico bombardeo de la artillería franquista sobre el pueblo, así como sus momentos posteriores.

El Campesino, comandante de la 46 división. 

Aquí Valentín González parece estar junto al periodista Claud Cockburn (sentado en el suelo, a su izquierda), a quien también vimos en un artículo anterior como acompañante de Gerda Taro en el río Guadarrama. El combatiente que se sienta en una silla a la derecha del Campesino probablemente era un oficial de la 46 división.

Esta foto parece una recreación de la entonces reciente captura de prisioneros en Quijorna, por varios motivos:




-          Gerda, como periodista, no tenía permiso para pegarse a las tropas en combate. No existen además testimonios que la sitúen en Quijorna  cuando el 9 por la mañana se quebró la resistencia franquista y los batallones republicanos entraron finalmente en el cementerio y en el pueblo, haciendo entonces prisioneros a los defensores que aún conservaban la vida, ya fueran falangistas de la 5ª bandera de Castilla, Tiradores de Ifni o miembros del 164 batallón de Toledo.




-          La secuencia de fotos de los prisioneros y sus guardianes no nos parece creíble. Prima la estética sobre la lógica, ya que unos y otros están demasiado cerca y los prisioneros supuestamente recién capturados no han sido puestos juntos o en fila. Sorprendentemente ninguno está herido, y todos visten igual y reglamentariamente, con ropas que además les permitirían esconder armas con las que atacar a sus guardianes. Por último, después de tres días de combates feroces defendiendo el cementerio bajo condiciones límite, los uniformes nunca pueden estar así de nuevos.






-         Ningún jefe de división se acerca para hablar con los prisioneros recién capturados en momentos tan decisivos y cambiantes, ya que, si fuera imprescindible interrogarlos sin demora, de esta tarea se encargarían los oficiales de la Sección de Información del Estado Mayor. Tampoco encaja que El Campesino hablara con sus prisioneros a menos de un metro de distancia y con los guardianes tan relajados.

La conclusión que parece más factible es que Gerda Taro llegó a Quijorna después del día 15 de julio y tomó parte de un trabajo de propaganda enfocado a subir la moral del campo republicano y a afectar a la del campo franquista. Pensamos que para este fin se vistieron varios soldados republicanos con piezas de uniforme encontradas en algún almacén recién capturado para recrear los hechos verídicos ocurridos solo unos días antes, lo que también parece que se hizo en la película “Quijorna”, del director Antonio Vistarini, que contando con tomas reales y de recreación, seguramente estaba siendo rodada justo en esos mismos días y lugares.









Estas fotos sí parecen reales, y seguramente corresponden a un momento en que un bombardeo enemigo sorprende a Gerda Taro cerca del pueblo, al que luego entra. Se aprecia claramente la torre de la iglesia de Quijorna, ya alcanzada de lleno por los impactos, y lo que parece ser una casa recién destruida en el interior del pueblo.



¿Villanueva de la Cañada?


Estamos convencidos de que el pueblo que se ve en la siguiente foto es Villanueva de la Cañada, fotografiado por Gerda Taro desde algún punto del O, es decir viniendo de Quijorna.


Villanueva de la Cañada


El pequeño viaducto que vemos en la siguiente foto lo situamos en alguna de las curvas de la antigua carretera de Villanueva de la Cañada a Quijorna. El trazado de la misma se mantiene hoy en día sin cambios, pero sí ha sido ensanchada, razón por  la que este puente o alcantarilla ya no existe más.



Villanueva de la Cañada 1929 (foto: CECAF)

Estas podrían ser dos posibles ubicaciones del viaducto, vistas desde una toma aérea del año 1939.











Ernesto Viñas & Sven Tuytens

domingo, 24 de julio de 2016

Breve repaso al patrimonio material e inmaterial vinculado con la Sanidad Militar e Intendencia republicanas en la sierra de Madrid durante la GCE.



Toda fuerza armada, ya sea un ejército regular o una milicia más o menos improvisada por las circunstancias impuestas, tiene básicamente dos tipos de unidades o grupos especializados: las armas y los servicios. Las primeras están destinadas a chocar siempre con el enemigo, tanto en la defensa como en el ataque, mientras que las segundas están pensadas para asistir y apoyar a las primeras.

El golpe de estado iniciado hace exactamente 80 años contra la II República solo triunfó parcialmente, por lo que derivó rápidamente en una guerra civil, que se hizo presente en la sierra de Madrid desde el primer momento. Esto fue debido fundamentalmente a dos factores: la existencia de la capital como objetivo militar y político de primera magnitud y la presencia de fuerzas importantes sobre el terreno. Por un lado estaban las columnas del ejército del Norte al mando de Mola y por otro, una buena cantidad de unidades militares leales y fuerzas milicianas creadas a toda prisa a partir de embriones que ya existían en los sindicatos y partidos del Frente Popular y que se habían estado preparando para pasar a una fase más aguda de la lucha de clases.

Como en tantos otros casos, el periodo bélico que en Madrid se abre en julio de 1936 y se cierra en marzo de 1939, ha dejado un interesantísimo y variado patrimonio material e inmaterial vinculado a la presencia de dos ejércitos numerosos sobre el terreno, donde lo más visible y conocido son los vestigios asociados a las unidades combatientes. Este repaso, en cambio, se centrará en otra parte de ese patrimonio, intentando poner la vista sobre las discretas evidencias que se conservan en varios pueblos y ciudades de la sierra de la presencia de hospitales de sangre y establecimientos de la Intendencia republicana, un gran número de los cuales todavía necesitan ser rastreados por investigadores locales, ya que no están bien identificados.    

En el campo republicano, y más especialmente en el ámbito de la zona Centro la fase miliciana pura terminó con el año 1936. El paso progresivo a la estructura de fuerza regular tiene hitos claros: el día 31/12/36 se crea el Ejército del Centro y sus 10 primeras divisiones, que cubren un frente que va desde la línea Beteta – Priego (ambas en Cuenca) hasta el río Algodor (cerca de Toledo capital). Tres meses más tarde, en marzo, se crean los cuerpos de ejército I al V del Ejército del Centro. En mayo de 1937 ya no queda en toda la zona republicana ni una sola unidad de milicias.

Dentro del sector de frente propio del Ejército del Centro, nos interesa especialmente la zona que estuvo vinculada a la sierra, en manos de los cuerpos de ejército I, VI (presente hasta junio de 1938) y II. Concretamente hablamos del frente que discurre desde el puerto de Somosierra hasta la propia ciudad de Madrid. Además, durante el mes de julio de 1937, entre los cuerpos de ejército I y VI (zona de Valdemorillo – Colmenarejo) actuó intensamente el Ejército de Maniobra durante la batalla de Brunete.



SANIDAD

De la fase inicial de la guerra civil en la sierra, de la que comparativamente hemos encontrado menos datos, de momento podemos aportar un valioso documento cedido por la archivera de Torrelodones, según el cual solo 10 días después del inicio de la lucha (28 de julio), la Cruz Roja ya autorizaba la apertura de un hospital de sangre (para heridos de guerra) con su bandera en ese municipio, lo que da una idea de la virulencia de los combates en esa zona.


I cuerpo de ejército.


  • Fue creado en marzo de 1937. En su zona, antes y poco después de esa fecha, sabemos que existieron hospitales de sangre con servicios quirúrgicos al menos en El Escorial, Fuenfría, Cerceda, Rascafría y Miraflores de la Sierra. Todos estos hospitales aparecerán luego vinculados con la Sanidad republicana durante la batalla de La Granja, en junio de 1937.
  • Cuando se crea el I cuerpo de ejército (marzo de 1937), su hospital principal estará en Colmenar Viejo.
  • En un documento de julio de 1937 se menciona que el citado hospital de Miraflores de la Sierra está en “Villa Pirucha”. 
  • En octubre de 1937, cuando tras la batalla de Brunete el I cuerpo de ejército contaba con las divisiones 1, 2, 3 y 69, esta última, recién incorporada a ese frente, decide emplazar su hospital en el edificio ya existente de La Berzosa, en el kilómetro 32,700 de la carretera de A Coruña.

En noviembre de 1937 la Jefatura de Sanidad del I cuerpo de ejército menciona la siguiente organización sanitaria:




Villaviciosa, puente

  • 1ª división: Jefatura y parque de desinfección en Lozoyuela, enfermería médica y farmacia en Torrelaguna, enfermería quirúrgica en La Cabrera,
  • 2ª división: Jefatura, parque de desinfección y farmacia en Los Negrales, enfermería médico quirúrgica en La Fuenfría.
  • 3ª división: Jefatura, parque de desinfección, enfermería médico quirúrgica y farmacia en El Escorial.
  • 69 división: Jefatura, enfermería médico quirúrgica y farmacia en La Berzosa. 
  • Hospital del I cuerpo de ejército: Colmenar Viejo, con 250 camas.
  • Parque central de material sanitario: Manzanares de la Sierra.


En general, los principales problemas que tienen que afrontar todos los escalones de la Sanidad republicana en la sierra tienen más que ver con las epidemias, la pobreza de la dieta y el frío que con las heridas de guerra, ya que fuera de ciertos periodos puntuales la rutina no es de combates sino de frentes estabilizados. Entre la tropa se dan con frecuencia intoxicaciones por comer hongos, yeros o alimentos en mal estado o con parásitos. La falta de buenas ropas, calzado y mantas provoca muchos casos de gripe y neumonía, mientras que en verano el peligro viene por la presencia del mosquito que transmite el paludismo en las zonas con humedales, que en aquella época era toda la sierra y buena parte del llano. Las enfermedades venéreas estaban siempre presentes y a este respecto había fuertes campañas preventivas que solo con el tiempo van dando sus frutos.

En marzo de 1938 un informe del I cuerpo de ejército hace mención a la red de establecimientos creados para la atención odontológica a las tropas en la zona de la sierra:


  • 1ª división: clínicas en Buitrago, Mangirón, Puentes Viejas, Gargantilla, Canencia y  Lozoyuela. Los casos más graves se atendían en el hospital de La Cabrera.
  • 2ª división: clínicas en  Buenavista, Villalba, Guadarrama, Collado Mediano, Los Molinos, Campillo y Ventorrillo. Los casos más graves se atendían en el hospital de La Fuenfría.
  • 3ª división: clínicas en El Chozo, cerro (San) Benito, Fuente Lámpara, Berroquillos, Robledondo y María de la Alameda.
  • 69 división: clínicas en Valdemorillo, Villanueva de la Cañada, Quijorna, La Navata y Colmenarejo.
  • División TR (Táctica de Reserva): clínicas en Casas de Uceda, Valdepeñas de la Sierra, San Agustín, El Molar, Cubillo, Uceda y Miraflores de la Sierra.
  • El hospital de El Escorial centralizaba los casos más graves de todo el sector.  



Villanueva del Pardillo en 1939


II cuerpo de ejército.

Cubría el importantísimo sector de la ciudad de Madrid. La extensión de su frente y su composición fueron bastante variables. Entre marzo de 1937 y junio de 1938 el II cuerpo enlazaba por su derecha con el VI, y cuando este abandonó el Ejército del Centro, el II cuerpo pasó a estar a continuación del I, de forma que su sector se vio alargado hacia el O unos 20 kilómetros, llegando hasta Las Rozas. Igual que en el caso del I cuerpo, en la zona que sería del II existieron muchos hospitales previos a la orden de su creación, en marzo de 1937; de hecho, el II cuerpo asumió toda la estructura hospitalaria creada durante la etapa de la Junta de Defensa de Madrid, durante la que se frenaron los ataques frontales del ejército franquista de noviembre de 1936 y se afrontaron total o parcialmente las consecuencias de las batallas de la carretera de La Coruña, Jarama y Guadalajara.
Pensamos que en el interior de la ciudad de Madrid y en sus cercanías inmediatas pudieron existir hasta 28 hospitales militares, que en su mayoría ocuparon edificios monumentales o de muy buena planta, que en la mayoría de los casos permanecen en pie actualmente, aunque por supuesto, ahora tienen otras funciones.  


VI cuerpo de ejército.

Fue creado cerca de un mes después que los cuerpos I y II, y su composición también varió en distintos momentos. Formó parte del ejército del Centro desde su creación hasta junio de 1938, fecha en que fue trasladado a Extremadura. Sabemos que cuando las divisiones 10ª y 8ª formaban parte de este cuerpo, sus hospitales estuvieron respectivamente en Hoyo de Manzanares (Pabellón Villegas) y en Fuencarral (hospital Nazareth). El VI cuerpo también disponía de una parte del hospital nº 20 de la ciudad de Madrid.


Hospitales durante la batalla de Brunete. Ejército de Maniobra.

Cuando el Mando republicano planificó la ofensiva de julio determinó que en el ámbito de la Sanidad del Ejército de Maniobra existirían una “zona de guerra” y una “zona de retaguardia”, estando en Fuencarral (hospital de El Goloso) el punto de paso de una a la otra. En conjunto, los cuerpos de ejército V y XVIII del Ejército de Maniobra iban a disponer de casi 8.000 camas hospitalarias y de 150 ambulancias para atender a sus evacuaciones.

Dentro de la zona de guerra esta era la estructura hospitalaria:


  • El V cuerpo tenía dos de sus hospitales en sendos grandes edificios de El Escorial (Sagrados Corazones y el hospital que sigue existiendo actualmente, al inicio de la carretera a Guadarrama) y otro móvil de campaña, en manos de la 46 división. Inicialmente su puesto de clasificación de heridos estuvo en el interior de Valdemorillo (sería el antiguo salón de baile), pero al poco de iniciada la batalla debió ser trasladado más al N para evitar ser alcanzado por los bombardeos de la aviación franquista. El depósito de heridos leves estuvo siempre situado en la estación ferroviaria de El Escorial. Estos heridos, tras una recuperación rápida, volvían directamente a sus respectivas unidades. 
  • El XVIII cuerpo tenía hospitales en Torrelodones (villa Los Ángeles y villa Solana, este último con 40 camas), en Hoyo de Manzanares (pabellón Villegas, con 90 camas y pabellón Nuevo Sanatorio, con 70 camas) y en Colmenar Viejo (grupo escolar, con 150 camas). El puesto de clasificación se situó inicialmente en la casa de Pedro Barbería (o casa Lara), pero fue trasladado poco después al interior de Galapagar o Torrelodones, donde también estaba desde el inicio de la ofensiva el depósito de heridos leves.
  • El puesto de mando sanitario y depósito de ambulancias y material sanitario quedó situado en la finca El Tomillar, situada en el kilómetro 21 de la carretera de Torrelodones a Hoyo de Manzanares, un punto estratégico si tomamos en cuenta el sistema de comunicaciones por carretera disponible.    

En Fuencarral, a través del hospital de El Goloso, se pasaba de la zona de guerra a la de retaguardia. En la zona de retaguardia se contaba con unos 28 hospitales de sangre dentro de la ciudad de Madrid y en sus cercanías.


Brunete, antes de la batalla

                                                          


INTENDENCIA REPUBLICANA DURANTE LA BATALLA DE BRUNETE

Este tema era de la mayor importancia, ya que sin suministros no hay posibilidades de mantener la lucha. Para alimentar su ofensiva de julio, el Ejército de Maniobra estableció los siguientes centros de abastecimiento.

  • 1º escalón: para el V cuerpo de ejército en Cuarto Carretero y en El Escorial, para el  XVIII cuerpo en Torrelodones y en La Regadera (kilómetro 3,800 de la carretera de Galapagar a Torrelodones).
  •  2º escalón: Villalba y Colmenar Viejo.
  • 3º escalón: Moralzarzal y Manzanares (el Real).
  • Reserva: El Molar.

Estos centros del primer escalón debían suministrar comida y vino, aceite y grasas para los motores, municiones, pienso para el ganado, etc. Cada uno de ellos debía abastecer a 1 o 2 divisiones (de 10 a 20 mil hombres), lo que da idea del tráfico nocturno que existiría en los tramos de carretera que los unían con las primeras líneas. Cada división debía enviar sus camiones al depósito que le correspondía dentro de un horario pautado y con gran disciplina de tráfico, a fin de evitar las aglomeraciones y alcances que podían hacer aún más vulnerables los convoys frente a los ataques aéreos enemigos.  

Además existirían estos otros depósitos específicos, a veces situados muy cerca de la zona de combates:


  • De material de fortificación para el XVIII cuerpo, en la iglesia de Valdemorillo.
  • De material de fortificación para el V cuerpo, en El Escorial.
  • De material de Sanidad, para todo el Ejército de Maniobra, en El Tomillar (Torrelodones).    



El Escorial



RECUPERACIÓN DE MATERIALES


A finales de septiembre de 1937, dos meses después de terminada la batalla de Brunete, ya encontramos en la zona del I cuerpo de ejército un documento (que seguramente no sería el primero que se escribió) en que se habla de la necesidad de recuperar los calzados y piezas de uniforme dejados en el campo de batalla o en depósitos no controlados. En poco tiempo llegaría el frío y la lluvia y las unidades buscaban la forma de afrontarlos lo mejor posible. Según se dice, las prendas y calzado abandonados se están recogiendo por parte de las brigadas, pero se carece de los vehículos necesarios para hacerlos llegar a los órganos de retaguardia encargados de su reaprovechamiento.
Para ponernos en situación, hay que entender que a la ya de por si escasa industria existente en la fase previa a la guerra, debe añadirse la reducción de mano de obra, piezas de recambio, materias primas y fuentes de energía que trajo consigo la situación de guerra. Como además, la demanda de productos crece, el Gobierno y el Mando militar deben atender las necesidades de materiales de millones de civiles y cientos de miles de combatientes administrando la escasez. En este contexto, el tratamiento de los materiales recuperables adquiere connotaciones estratégicas y dramáticas. Esto explica por qué a medida que avanza la guerra aparecen más instrucciones y más exigencias específicas centradas en la recuperación  y el aprovechamiento de todo tipo de materiales y recursos.

En agosto de 1938 la Subsecretaría del Ejército de Tierra, dependiente del Ministerio de Defensa Nacional, con sede en Barcelona, emite un documento en el que se expone que en toda la zona republicana existen 20 centros de recuperación de materiales (CRIM). Uno de estos, el que tiene el nº 1, está en Madrid, concretamente en la calle Ríos Rosas.

A finales de 1938, por un documento de la Jefatura de los Servicios de Intendencia del I cuerpo de ejército del Ejército del Centro, sabemos que este I cuerpo tiene organizada la recogida y recuperación de todos los materiales, efectos y envases que parezcan abandonados dentro de la zona de despliegue de sus divisiones. También aclara que existen almacenes avanzados o “cabezas de etapa” en La Cabrera, Manzanares (el Real), Villalba y El Escorial. En un nivel superior dentro de la misma organización de puntos de recogida, existía un colector secundario en Colmenar Viejo, cerca de la estación de ferrocarril. Allí llegaban todos los materiales recuperados en el I cuerpo de ejército y desde allí, partían nuevamente hasta el colector general de Intendencia, situado en la calle Francos Rodríguez nº 5 de Madrid (sería el mismo edificio donde en la fase inicial de la guerra se organizó el 5ª Regimiento). Según se especifica en este documento, la Jefatura de los Servicios de Intendencia del I cuerpo de ejército estaba subordinada a la Jefatura de los Servicios de Recuperación del Ejército del Centro.
Todos los materiales que se recogían debían clasificarse en los distintos colectores, describiéndose 13 categorías diferentes para agruparlos de cara a su aprovechamiento, que se resumen en:

-           Metales
-           Coches, camiones, piezas de artillería, aviones derribados.
-           Madera
-           Textil
-           Papel
-           Vidrio
-           Caucho
-           Cuero y restos no textiles de uniforme
-           Prendas y equitación recuperables

Los restos de tanques, artillería y aviación derribada, así como la cartuchería, debían ser entregados al Servicio de Municionamiento o a la Aviación.

Como ejemplo del celo con el que se recuperaba el material usado, se pone un gran énfasis en la correcta recogida de los botes de leche condensada con los que se abastece tanto al frente como a los hospitales. Sobre ellos se dice que deben retornarse todos limpios y secos, ya sea para poder volver a rellenarlos o para convertirlos en vasos para la tropa. Las pieles de reses obtenidas de los sacrificios en los mataderos también deben ser conservadas y aprovechadas en todos los casos.

Ernesto Viñas