miércoles, 8 de diciembre de 2021

Pensando en la Ley de Memoria Democrática


La nueva ley de Memoria Democrática está en periodo de tramitación parlamentaria. Seguramente ha recibido ya, o está por hacerlo, un buen número de enmiendas de quienes más han luchado para que exista: las asociaciones memorialistas y los grupos políticos de izquierda. La aspiración compartida es convertirla (esta vez de verdad) en el instrumento útil que permita acabar con la desmemoria, la inercia y la impunidad franquistas que en distinto grado todavía están presentes en nuestra sociedad.  

En este contexto, nuestro colectivo también ha querido aportar su granito de arena desde el ámbito en el que estamos trabajando desde hace años. Primero fue la investigación documental y de campo sobre la batalla de Brunete. Después, ampliamos nuestro interés al resto de los frentes de la zona Centro y pusimos una especial atención en la sanidad militar y en su estructura hospitalaria. En paralelo, y casi desde el principio, también intentamos ayudar a muchas familias en el rastreo de combatientes de ambos ejércitos implicados en las grandes batallas o en el sostenimiento de los sectores menos activos, a lo largo de toda la guerra.  

Aceptando el ofrecimiento que en su momento hizo la Secretaría de Estado de Memoria Democrática (SEMD) a las asociaciones y colectivos, para que aportaran su experiencia a la redacción del anteproyecto de ley de Memoria Democrática, desde Brunete en la Memoria les hicimos llegar tres ideas que nos parecía necesario tener en cuenta. Aproximadamente un año después, y habiendo hecho a ese escrito algunas correcciones más de forma que de fondo, compartimos lo esencial de esa propuesta con vosotr@s, por si esto contribuye a activar el debate y a ampliar los apoyos que necesita la ley que esperamos. 

 

Estas son las tres ideas que comunicamos al SEMD.

1. Necesidad de creación de una oficina estatal de búsqueda e identificación de combatientes de la GCE. Bajo nuestro punto de vista, el Estado debería crear sin demora un centro de este tipo, cuya tarea fuera abarcar la totalidad de los frentes de guerra y todas las unidades en armas que existieron en ambos campos, entre julio de 1936 y abril de 1939. Esta oficina debería estar claramente dedicada a satisfacer el derecho a saber de las familias de quienes fueron combatientes, afrontando al menos las siguientes tareas:  

·      Rastreo de las identidades  personales de los combatientes en todos los archivos que guardan documentación de interés originada en esos años, ya sean estos civiles o militares.

·      Rastreo del mismo tipo de documentación existente en los registros civiles del mayor número posible de municipios, con especial atención a aquellos que tuvieron puestos de clasificación de sanidad y hospitales militares, centros de recluta o de entrenamiento militar, campos de prisioneros o que albergaron o recibieron contingentes de trabajadores forzados.

·      Aprovechar el trabajo ya realizado y los contactos de los colectivos, asociaciones e individuos que han pasado años investigando sobre estos temas para ayudar a las familias en sus búsquedas.

·      Rastreo de la documentación existente en el Valle de los Caídos (o Cuelgamuros).

·      Rastreo de la documentación contenida en los libros y fondos de la Iglesia, fundamentalmente en los municipios cercanos a las zonas de frente o de grandes batallas.

·      Ordenar y sintetizar el conocimiento, de forma esquemática pero completa, sobre las fuerzas de ambos ejércitos presentes en cada zona geográfica y etapa de la guerra. Esto permitirá conocer el movimiento de unidades, hospitales, prisioneros, etc. y poner en contexto los datos compilados acerca de los combatientes, a fin de poder informar de la mejor manera posible a las familias. 

Los resultados, conclusiones y servicios prestados a la sociedad podrían plasmarse en:

·      Creación de una base de datos centralizada conteniendo los nombres de todos los combatientes que figuran en los documentos encontrados. Se registraría además la relación de cada nombre encontrado con el documento(s) que lo cita. Aportando a las familias demandantes de este servicio una copia gratuita de esos documentos, el Estado estaría ayudándolas por fin de un modo real, eficaz y a la altura de su responsabilidad. 

·      Recibir y contestar con la mayor eficacia, cordialidad y velocidad posibles las peticiones que lleguen de las familias de combatientes. Ofrecer, además de la información sobre su “abuelo” (que no siempre se tendrá), toda la disponible sobre su unidad militar y el contexto en que esta actuó.      

·      Ir confeccionando paulatinamente un fichero de búsquedas, en el que se adjunten todos los documentos y fotos que aporten las familias. Con el tiempo, y solo en los casos en que se cuente con el consentimiento familiar, esta documentación podría ser accesible para el conjunto de la sociedad a través de un centro memorial y documental específico. 

·      Dignificar y señalar los campos de las grandes batallas y ciertos puntos de las líneas de frente o de la retaguardia, referenciándolos con las unidades que estuvieron presentes en ellos para que las familias y la población en general pueda visitarlos y comprender con mayor profundidad el drama allí vivido.  

 

 

2. Promover o apoyar la creación de un museo de la GCE en la zona Centro.Lo que proponemos a continuación podría ser un punto de partida para diseñar las salas y redactar los paneles necesarios de un museo que recogiera la realidad vivida en los frentes de Madrid y de las provincias limítrofes.

1.     El Ejército franquista.La organización militar previa al 18 de julio de 1936 - Los planes golpistas - Existencia embrionaria de organizaciones milicianas afectas a la sublevación  – Sublevación en el Protectorado y en el resto de guarniciones peninsulares e insulares – Operaciones del Ejército del norte sobre Madrid – Avance del Ejército expedicionario hasta Madrid – Asalto frontal a Madrid – Batalla por el oeste de Madrid – Batalla del Jarama -  Batalla de Guadalajara – Desplazamiento del esfuerzo principal al frente norte – Batalla de Brunete – Agosto a diciembre de 1937 – Año 1938 – Año 1939 – Ejército de África y peninsular -  Unidades de Falange y Carlistas –  El CTV y la Aviación Legionaria - La Legión Cóndor.

 

2.     El Ejército republicano.La existencia embrionaria de organizaciones milicianas – La derrota de la sublevación y el control de la situación en la zona leal – El frente de la sierra – La guerra de columnas hasta noviembre de 1936 – La defensa de Madrid – Batalla por el oeste de Madrid - Batalla del Jarama – Batalla de Guadalajara – El proceso de militarización de las milicias y la creación del Ejército popular – Ofensiva de La Granja – Ofensiva de Brunete – Agosto a diciembre de 1937 – Año 1938 – Año 1939 – Las fuerzas militares y de orden público leales a la República - Las milicias – Las Brigadas Internacionales – La ayuda soviética e internacional.

 

3.     La evolución de los frentes del Centro.Operaciones en las provincias de Toledo, Segovia, Cuenca, Guadalajara y Ávila – La retaguardia franquista – La retaguardia republicana – Evolución de la organización militar franquista en el Centro desde 1936 a 1939 – Evolución de la organización militar republicana en el Centro desde 1936 a 1939 – La sanidad militar en ambos campos - Situación de los hospitales y aeródromos – Suministros, medios de Intendencia y vías de comunicación – La participación de las mujeres en el frente y la retaguardia.

 

4.     La vida cotidiana de los combatientes y la población civil. Voluntarios, reclutas y emboscados – La instrucción militar -  La experiencia del combate – El trabajo político, cultural y religioso sobre los combatientes para mantener y elevar su moral – La vida en primera línea – Pasados y prisioneros, la información sobre los combatientes propios - Permisos y visitas a casa – La correspondencia, las fotografías  y los diarios personales  – La lucha por la salud y el bienestar físico del combatiente – Experiencias personales - Situación de la población civil y del abastecimiento en ambos campos – Los bombardeos aéreos y artilleros de poblaciones civiles

 

5.     El fin de la guerra y la primera posguerra en la zona Centro.  La evolución de la situación militar en marzo de 1939 - La gestión franquista de la rendición republicana – El drama humano vivido y el que empezaba, situación de los campos de concentración de combatientes del primer periodo.

 

6.     Desarrollo de la GCE y sus secuelas en la zona delmuseo.La zona y el municipio  del museo y su comarca en los años 30 - La GCE en ese mismo lugar – La vida civil y local bajo el primer franquismo – Chatarreros, economía de supervivencia y accidentes con las armas abandonadas -  La memoria oral - La relación actual con el pasado bélico. 

Sin duda existen los recursos necesarios para que todos estos textos o paneles puedan ir acompañados de fotos históricas y aéreas, mapas, grabaciones de testimonios orales, gráficos y documentos copiados de diversos archivos. Los paneles deberían aportar explicaciones amplias y a la vez sintéticas, y resultar amenos y pedagógicos. Simultáneamente, para el visitante que quisiera profundizar en cualquiera de estos temas, tendría que haber enlaces disponibles a otros documentos afines. 

Los objetos recuperados del campo de batalla o provenientes de donaciones podrían estar distribuidos a lo largo de todas las salas y espacios expositivos para facilitar y reforzar el acercamiento del público a esa realidad revisitada. La presencia de estos objetos (cuanto más numerosos, mejor) ejerce un  impacto visual y emocional sobre el visitante que le permite acercarse de inmediato a la realidad que tuvieron que  soportar los combatientes.

 

3.Dar estímulo, apoyo y asesoramiento a los pequeños museos y centros de memoria particulares. Aquellos creados a fuerza de voluntad y en base a mucho trabajo desinteresado en las zonas de las grandes batallas, de los frentes secundarios o de otros establecimientos y lugares vinculados a la historia de la GCE o a la represión. Los mismos que durante años han suplido la deserción de las administraciones públicas de una responsabilidad que les es propia o solo han contado con recursos municipales, generalmente escasos. 

Por experiencia, conocemos algo sobre las dudas, carencias y dificultades que se afrontan al pretender investigar y divulgar episodios o patrimonios vinculados la historia de la GCE. Esto es aún más difícil si solo se cuenta con los recursos propios y se hace desde un enfoque cercano a la Memoria Democrática. Si ya resulta complicado encontrar cualquier apoyo efectivo, desinteresado y sostenido en el tiempo desde la neutralidad o la equidistancia entre franquismo y República, mucho más lo es si se pretende abrir una exposición permanente o museo sobre la GCE desde la cercanía a la Memoria Democrática, al menos en Madrid.  

Tras años atravesando el desierto, parece que por fin contamos con un gobierno que asume la Memoria Democrática como política de Estado. En coherencia, nos parece que es el momento de crear un mecanismo que sirva para estimular y apoyar a las decenas de iniciativas particulares que guardan y muestran partes del patrimonio material e inmaterial de campos de batalla, zonas de frentes secundarios o lugares vinculados a la sanidad, la producción, la represión o la resistencia. Hay que ayudar a que puedan “abrir” de un modo enriquecedor para sus municipios, y seguro y respetuoso para sus promotores, un buen número de museos, colecciones privadas y esfuerzos particulares que actualmente existen y resisten como pueden. 

Su contribución ha sido fundamental para llegar al punto en que estamos hoy y su esfuerzo no solo debe ser reconocido, sino también  apoyado desde el respeto a su autonomía y aspiraciones. La sociedad en general, pero especialmente sus entornos más cercanos, se ven enriquecidos por su trabajo y su propuesta cultural, y su existencia motiva muchos viajes a lugares que están fuera de los circuitos turísticos y culturales más consolidados. Son por tanto también motores económicos locales que, con un poco de ayuda legal y material, pueden dar mucho más de sí. Habría que ir a su encuentro y hacerles una propuesta interesante para ellos y para el bien común.    

Esperamos conocer vuestras opiniones y que se genere algún tipo de debate. 

Muchas gracias por vuestra atención. Un saludo cordial de Brunete en la Memoria.